Con una serie de modificaciones, el oficialismo consiguió dictamen de mayoría, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, para la reforma tributaria, que sería tratada el martes 19 de diciembre en el recinto.
Entre otros cambios, se reincorporó la propuesta original de llevar de 8 a 17 por ciento la alícuota para cervezas y se estipularon rebajas mínimas para los impuestos internos a los cigarrillos.
Los impuestos a las bebidas azucaradas, que fue otro de los puntos del proyecto que generó controversias, se estableció un mínimo no imponible de 40 gramos de cualquier endulzante por litro. A partir de esa medida, la imposición será de 3,4 centavos por gramo. El mínimo no imponible ascenderá a los 50 gramos de endulzante para las bebidas que estén endulzadas en un 20 por ciento con jugos naturales por litro.
El impuesto mínimo al tabaco pasará de 22 a 25 pesos por atado de cigarrillos. El proyecto presentado originalmente por el gobierno lo llevaba a 28 pesos. La alícuota se redujo del 75 al 73 por ciento, mientras que el primer texto proponía 70 por ciento de reducción.
A pesar de las disidencias parciales del Bloque Justicialista, que conduce Diego Bossio, y de Evolución Radical, liderado por Martín Lousteau, Cambiemos logró el apoyo de esos bloques para avanzar en la firma de su proyecto.
El Frente Renovador y el Frente para la Victoria presentaron dictámenes de minoría.
La reforma tributaria establecerá un revalúo contable e impositivo y, a pedido de Bossio, se establecerá la exención del impuesto a las Ganancias para los inversores no residentes, salvo en el caso de Lebacs.
La carnes de pollo y cerdo tendrán una rebaja del IVA de 21 al 10,5 por ciento, equiparándose con la carne vacuna. Esta propuesta fue impulsada por el radical Luis Borsani.
El gas quedará exceptuado de impuesto y se mantuvo el punto que exceptúa del pago de aportes patronales para las remunaraciones brutas de hasta de 12 mil pesos para 2022, en una escala que comienza el año próximo.
Guillermo Carmona, del Frente para la Victoria, cuestionó la iniciativa del oficialismo por considerar que “es absolutamente regresiva”.
En principio, se manifestó en contra de que no se hiciera una distinción para las bebidas azucaradas en jarabe de maíz. “Venimos advirtiendo que el tratamiento no puede ser el mismo, el jarabe de maíz ha sido calificado como un veneno”, argumentó.
Axel Kicillof, también del Frente para la Victoria, manifestó: “desconocemos los efectos económicos de esta reforma, porque no tenemos evaluados los impactos, porque teníamos una versión provisoria”.
“Este Gobierno ha decidido cambiar los impuestos de la República a ciegas”, cuestionó el ex ministro de Economía. “Subió el déficit porque quitaron impuestos a los sectores más privilegiados”, agregó.