La musicóloga Marina Cañardo editó el libro “Fábricas de Músicas. Comienzos de la industria discográfica en Argentina”, que habla sobre la historia de la industria discográfica argentina entre los años 1919 y 1930, un relato interesante tanto para expertos, músicos y lectores en general, ilustrado con imágenes de la época y datos sorprendentes.
La historia de la música y la industria cultural es un terreno curioso, resbaladizo y abundante en relieves. Este libro se centra en la de Argentina, invitando específicamente a conocer los comienzos de la industria discográfica nacional. Las imágenes de publicidades de época y los catálogos de la década de 1920 que ilustran el libro lo transforman en un tour entretenido y atrapante para expertos y lectores curiosos por igual.
Para saber más sobre la producción de “Fábricas…” desde DiarioVivo dialogamos con la autora, para reflexionar sobre la producción de la industria musical, en el marco de la Noche de las Disquerías.
¿Cuales son los ejes fundamentales del libro?
La idea está retratada en el título. Cómo se fabrica y como se hace la música. Yo me centré en la música discográfica, como se hacían los discos en la década del ‘20, pero no es lo único porque los discos están muy vinculados a la radio, al teatro, al cine, y también a los medios de comunicación. De todo eso habla el libro.
¿Cuales fueron las fuentes a las que recurriste para fundamentar tu investigación?
Las fuentes fueron muy variadas, hubo mucho relevamiento de diarios, revistas de la época, pero también y afortunadamente como no ha pasado tanto tiempo, a través de entrevistas de la historia oral pude reconstruir mucho. Hubo algunos músicos, o gente que tuvieron contacto directo con esa época o lo conocen por otros, y eso fue muy importante. Pero también cosas más extrañas como documentos de exportacion e importacion, para saber cuántos discos se hacían y cuantos productores habia, y otros como las partituras, yo soy musicologa, asi que tambien en esas fuentes tuve que abrevar para reconstruir lo que pasó en esa época.
Más allá de que en esa década es cuando comienza a darse la consolidación de la industria musical, ¿cuál consideras que de ese momento hasta hoy, fue el punto más culmine en el cual esa industria tuvo su apogeo?
La década del ‘20 fue un primer puntapié, y no solo en la Argentina. La década del ‘20 representa un boom en el mundo en general de producción discográfica, que se compara muchas veces a la lo que ocurrió en la década del ‘60 con el rockanroll y con la producciones de LP, que ya no eran los discos antiguos de pasta sino LP y la interpelación a un público ahora compuesto por jóvenes.
Se puede decir que más allá de los soportes -que al principio eran más radiofónicos, luego tiene su correlato en la pasta y el vinilo, luego el cassette y luego el cd- las formas de consumo ¿eran más o menos similares?
La verdad es que hay características que se mantienen. Eso fue gradual y tiene, como cada nueva tecnología, su particularidad. Al principio son pocas personas las que tienen discos y esa tecnología, pero cada uno de los formatos que comentas se fueron masificando relativamente rápido. Quizá el más novedoso es a partir del disco en sí, gracias al cual ya que podrías escuchar en casa una música que nadie la toca. Ese fue un cambio muy importante.
En el marco de la noche de las disquerías ¿cómo consideras que la digitalidad modificó las prácticas de consumo?
Si, las prácticas cambiaron radicalmente. Y esto que contas de la digitalidad de alguna forma, es un paradigma antiguo que convive con el nuevo, esto pasa siempre, en que la gente, no ha dejado de tocar porque tiene la música grabada. Cosa que en su momento se dijo, aunque parezca raro, había bastante miedo con lo que ocurría con en ese momento la música mecánica, la que se registraba y luego se reproducía.
En el texto yo menciono a un autor que dice que va a dejar de haber bandas, va a dejar de haber grupos que toquen donde la gente baila, va a dejar de haber enamorados que toquen bajo la ventana de sus enamoradas las serenatas, incluso llegó a decir que las madres ya no le iban a cantar a sus hijos al dormir con su propia voz, parecía horroroso, algunas cosas de esas ocurrieron, pero no fue tan horroroso como se vaticinaba.
Como que los paradigmas a veces conviven por un tiempo y ciertas prácticas persisten, y vos hablabas del vinilo. Creo que hay una tendencia de más bien cierto target de los audiófilos a rescatar ese formato que tiene una calidad no recuperada. Se pierde la lógica que un disco tiene, que tema va adelante de otro, como se armo la lógica del disco, esta escucha está perdida a partir de esta escucha atomizada que propone el streaming.
¿Que quiebres notas que la industria cultural modificó desde el periodo que estudias hasta el momento?
Principalmente, lo que se hizo fue potenciar algunas cosas que ya estaban en cierne, como el funcionamiento multimedial. Hoy resulta fácil hablar de multimedia, pero en esa época no se usó, y sin embargo había gente que hacía los discos, tenía la capacidad de vender o producir con los reproductores, que además estaban asociados a las prácticas del cine de los cuales muchas veces eran los mismos propietarios, y así siguiendo. La radio también se mezclaba con el disco. Hoy lo vemos en las películas, en las series, en internet, que pasan música que luego uno puede comprar online, esa manera ese modus de producir en muchos formatos, en multimedios, ya estaba, solo que ahora explotó a su máximo potencial a partir de las tecnologías nuevas. Pero más allá de eso, creo que hay más continuidades que diferencias.
Una visión no tan apocalíptica sino más intermedia entre cosas que cambian o mutan, pero que no desaparecen.
Claro, y otra cosa que también pasaba en el comienzo y ahora es el funcionamiento capitalista de las empresas, que como cualquier empresa busca la ganancia, y en eso no hay tantas diferencias.
Sobre Marina Cañardo
Marina Cañardo es Doctora en “Música y Musicología del S XX” por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París) y Doctora en “Historia y Teoría de las Artes” por la Universidad de Buenos Aires. Es también “Licenciada en Artes con especialización en Música” (UBA). Estudió flauta traversa y composición. Trabajó en programas radiales destinados a la divulgación musical y escribió textos para programas de conciertos. Se presenta regularmente en congresos nacionales e internacionales en la Argentina, Francia yEE. UU. y sus trabajos fueron publicados por prestigiosas revistas de América y Europa. Ha sido docente universitaria (UBA, UNL, UCA) e integrante de equipos de investigación en diversas universidades (UBA, EHESS, Universidad de La Plata y Universidad Torcuato Di Tella).