El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, acusó a organizaciones feministas de privarlo de su “derecho a la libertad de expresión” por criticar sus comentarios y chistes sobre mujeres, considerados misóginos y sexistas.
“Ustedes mujeres, quieren privarme de mi libertad de expresión. Critican cada frase que digo, pero es mi derecho a expresarme. Incluso aunque sea el presidente, antes soy un ciudadano filipino más”, indicó el mandatario anoche en un acto en Manila. Duterte participaba en un evento que homenajeaba a mujeres destacadas en la aplicación de la ley y seguridad nacional, por lo que la audiencia estaba formada principalmente por mujeres de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Conocido por sus comentarios violentos, machistas y xenófobos, el gobernante señaló que sus expresiones sobre las mujeres buscan “llevar al límite de la desesperación” a las activistas feministas, a quienes se refirió como “locas”, citó la agencia de noticias EFE
El presidente, de 73 años, respondió así a las masivas manifestaciones del pasado viernes, Día Internacional de la Mujer, en varias ciudades del país, en las que colectivos feministas protestaron contra sus políticas “macho-fascistas y misóginas”.
Duterte despertó la indignación de colectivos feministas por sus palabras de tono machista en varias ocasiones, como cuando afirmó que los hombres están más capacitados para ocupar puestos de poder, animó a militares a disparar en la vagina de guerrilleras comunistas y ofreció 42 vírgenes a cada turista que visitara Filipinas. El jefe de Estado también se tomó en broma el aumento de los casos de violación en Davao, al argumentar que se debía a que en esa ciudad “hay muchas mujeres bonitas”.
Duterte también se refirió al caso de una monja australiana violada y asesinada en esa ciudad en 1989. “El alcalde debería haber sido el primero. Era muy linda”, comentó entre risas durante la campaña presidencial sobre ese episodio ocurrido cuando él gobernaba esa ciudad.
El caso más resonante fue cuando en junio del año pasado forzó una situación para besar en los labios a una mujer en un acto público con la comunidad filipina de Seúl, lo que desató numerosas críticas e incluso multitudinarias manifestaciones de agrupaciones feministas.
(Con información de Télam)