El sentido del Caos

Felipe Noé y su prospectiva llegan al Bellas Artes

Con el apoyo de la Asociación Amigos del Museo,  el 11 de julio se estrena en el Bellas Artes, la muestra “Luis Felipe Noé. Mirada prospectiva”. Se trata de una exposición curada por Cecilia Ivanchevich que reúne 120 obras, entre pinturas, dibujos e instalaciones, realizadas a lo largo de sesenta años.

El director de la institución, Andrés Duprat, explica que “Noé hizo de la búsqueda de su propia estética un derrotero singular, que si bien permite anclar su evolución artística en diversas corrientes del último medio siglo, define su inserción a partir de diferencias inasimilables”.

Se podrá recorrer hasta el 20 de Septiembre en el Pabellón de Exposiciones temporarias del museo y pone el acento en las constantes y variables con las que el artista desarrolla su “estética del caos”, entre 1957 y 2017. El guión curatorial se aparta del orden cronológico y plantea tres claves de lectura que pueden rastrearse en la producción de Noé (Buenos Aires, 1933): la conciencia histórica, la visión fragmentada y la línea vital.

 

 

Se reunieron 120 obras, entre pinturas, dibujos e instalaciones. Ivanchevich los ordenó en tres ejes de lectura. Por un lado la conciencia histórica donde el artista es un claro testigo de su época (desde la cita, la denuncia y la ironía la interviene); por otro, la visión fragmentada ya que muestra distintas realidades coexistentes dando cuenta del caos y la otredad; y por último la línea vital que guía la obra.

El salón dispone de una selección de obras que incluye piezas históricas, dibujos inéditos de 1957 y otras series especialmente creadas por el artista para esta exhibición, entre las que se destaca la impactante instalación “Entreveros” (2017), en la que Noé condensa planteos estéticos de sus distintas épocas y utiliza, entre otros materiales, fragmentos de espejos para incluir el reflejo del espectador en la complejidad del caos.

 

 

Noé escribió en su libro “Antiestética” de 1965, que “asumir el caos es asumir ese orden al que nos negamos en defensa de uno anterior”. Colores fuertes con trazos exagerados, multitud de personajes que aparecen perdidos en el paisaje y un encuadre que tan solo logra atrapar una parte del todo, como una botella nadando en un océano inabarcable.

Esta “mirada prospectiva” que aparece en el título de la muestra da cuenta de dos cuestiones fundamentales: el artista mira hacia el futuro y las nuevas generaciones lo miran a él. Porque si algo hay que decir de Noé es que no quedan ancladas en un pasado sino que están dotados de una intensidad que se mantienen siempre en el presente. Hay algo de propuesta, respuesta, y revisión.

Sumergirse en la obra de este artista longevo y con tanta taryectoria, exponente del neoexpresionista argentino, es mirar de frente el caótico universo en el que vivimos y del cual formamos parte. La experiencia podrá ser traumática o aliviadora. Lo que es cierto, es que nunca pasa desapercibida.