El teatro independiente busca sobrevivir al COVID-19

A un mes de iniciar el censo de obras en emergencia, la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA) presenta una iniciativa para afrontar la crisis económica de los trabajadores de la cultura.

La Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA) registró 4.484 trabajadores de teatro afectados por la suspensión de actividades a causa de las medidas dispuestas para la prevención del COVID-19.

Ante la declaración de emergencia sanitaria, la asociación impulsó un censo para determinar el impacto que tiene el distanciamiento obligatorio sobre el sector. La recopilación de datos se realiza de forma voluntaria a través de la página web de APDEA y está dirigida a todas las obras que, desde el 12 de marzo y hasta que se disponga el cese del aislamiento, interrumpieron indefinidamente sus producciones, funciones, giras y estrenos: “El objetivo es obtener números certeros al momento de hacer un diagnóstico sobre situación teatral argentina”, explican desde la plataforma para anotarse.

En el mes que lleva vigente, la propuesta juntó información de más de 600 espectáculos de todo el país que se encuentran frenados, sin poder dar sala, ni vender entradas y mucho menos tener noción de cuándo volverán a ensayar para presentarse ante un público con el protocolo de seguridad adecuado, el cual aún sigue en debate por las autoridades correspondientes. “Los primeros datos dejan ver las circunstancias de informalidad en las que se desarrolla el sector, como grupos de artistas que no están en relación de dependencia, sin considerar el enorme caudal de dinero que mueve el teatro. El censo arroja índices necesarios para solicitar medidas extraordinarias que alivien la situación”, informaron las autoridades de APDEA

Primeros resultados del censo de APDEA.

El primer panorama respecto del número de involucrados en el área fue enviado a las instituciones culturales del Gobierno de la Ciudad y al Ministerio de Cultura de Nación junto con una propuesta, elaborada por APDEA, para otorgar una colaboración excepcional a los elencos afectados. La iniciativa contempla económicamente funciones suspendidas, porcentaje estimado de la ocupación de sala y un valor de entradas estipulado; está dirigida a los artistas que se desarrollan en un marco de inestabilidad, que cancelaron sus espectáculos luego de invertir tiempo, dinero y trabajo en la producción y que, por las particularidades de su actividad, quedaron excluidos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

“Un enorme número de profesionales de las artes escénicas de diferentes ciudades del país, que viven de su actividad teatral, se encuentran imposibilitados de trabajar y, como consecuencia, de sostenerse económicamente. A esto se suma que las medidas tomadas por el gobierno para favorecer a monotributistas (IFE) no considera la particularidad del trabajo, y la ayuda para salas y espacios culturales no alcanza a los elencos que se desempeñan en ellas”, expresaron los dirigentes de APDEA sobre la grave situación que atraviesa la actividad teatral.

Todo el sector cultural acompaña las medidas preventivas de distanciamiento social dispuestas por el gobierno; el reclamo de la asociación apunta a la implementación de distintos tipos de subsidios que asistan a los trabajadores de las artes, en particular a quienes se desempeñan en el ámbito independiente que se caracteriza por su modalidad informal e invisibilizada.

Si bien el Ministerio de Cultura de la Nación diseñó programas de apoyo económico a espacios culturales; como el Fondo Desarrollar que realiza en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Cultural para lugares con capacidad de entre 100 y 300 personas, o el plan para la “Preservación Operativa de Elencos, Salas y Teatristas Argentinos” (Podestá), que impulsa a través del Instituto Nacional del Teatro (INT); los mismos no alcanzan todas las situaciones de extrema fragilidad en la que se encuentra la comunidad teatral independiente.

Además, en la primer etapa del Podestá, el Instituto solo se abocó a quienes integran su lista de datos desde agosto de 2018 a marzo de 2020, el cual puede o no compartir información similar al censo voluntario de la APDEA. De ser así los que ya recibieron una contribución y las salas que queden seleccionadas en la primer etapa del Fondo de Desarrollar, después del cierre previsto para el 12 de mayo, no estarán incluidos en el pedido. Hasta el momento el INT destinó dinero a espacios escénicos que recibieron subsidio de “funcionamiento de sala”, a las producciones que integran el Catálogo de Espectáculos del Programa INT Presenta y a los elencos seleccionados para participar de la 34° Fiesta Nacional del Teatro, como los colectivos que recibieron subsidio de “producción de obra” o de “actividad de grupo” en el período de los dos últimos años. El 90 por ciento de los destinatarios de las tres líneas aprobadas ya tuvieron retribución económica.

Datos de la página oficial del Instituto Nacional del Teatro. 

Según informa el INT, la directora ejecutiva del Consejo Provincial de Teatro Independiente y uno de los integrantes del cuerpo de jurado del Instituto están encargados de seleccionar a los nuevos beneficiarios de la segunda etapa del Plan Podestá, que se darán a conocer después de la próxima semana. En esta oportunidad buscarán “asistir económicamente a aquellos sectores de las artes escénicas nacionales que no fueron alcanzados en la primera etapa”, como explica el comunicado prensa.

También se propusieron atender a las necesidades de cada región por lo que impulsaron medidas acordes a las demandas: para la Patagonia se aprobó un fondo para producciones vigentes; para Nuevo Cuyo el sostenimiento de producciones participantes en fiestas provinciales; para la región centro litoral un fondo para espectáculos y actividad de grupos; y para NEA y NOA, el sostenimiento de producciones teatrales vigentes.

Sin embargo, ninguna contempla al conjunto de personas que ocupan de manera informal un lugar en producción, gestión y creación de obras teatrales. La suspensión abrupta de eventos y actividades culturales, que siempre se desarrollaron, pone en riesgo la subsistencia del propio sector y desemplea a artistas, gestores culturales, programadores, técnicos y a una gran cantidad de trabajadores que de forma directa o indirecta dependen y se relacionan con el área. Al afectarse el ámbito económico, también se condiciona la calidad y cantidad de diversas producciones que caracterizan a Argentina como un país con un amplio grado de fomento en las artes.

La parálisis del rubro es un asunto nacional porque, como expresó el productor teatral Carlos Rottemberg, “la actividad teatral fue de las primeras en cerrarse y seguramente será de las últimas en regresar”. Defender y sostener al teatro independiente, y a los 4.484 artistas hasta ahora censados, es indispensable para poder pensar que la cultura del espectáculo tiene un mañana después del aislamiento.