El teatro independiente sigue el curso de la pandemia, en busca de los auxilios que le permitan atravesar la crisis que afecta a todo el sector por el freno de de todas las actividades por la pandemia.
“El problema es común a todos”, dice Liliana Weimer, la presidenta de la Asociación Argentina Del Teatro Independiente (ARTEI) a Diario Vivo. La difícil e inédita situación que vive el teatro se vio reflejada en la histórica asamblea que ayer reunió en un encuentro virtual a los representantes de cien salas del circuito independiente.
Weimer recuerda que las salas tuvieron que cerrar de golpe “en pleno momento de estrenos e inicio de clases” en marzo, “un mes clave”, dice la actriz. Ayer, los responsables de las salas se vieron las caras en la masiva videoconferencia informativa en la cual despejaron dudas sobre lo que puede hacerse para atravesar este dramático momento.
Las dificultades del sector del teatro independiente son diversas. Weimer apunta que, por un lado, están los problemas de las salas que no pueden funcionar, lo cual impide el trabajo de actores, actrices, técnicos y personal de limpieza, entre otros oficios. Pero también se encuentran paralizadas las clases. “Es como una cadena de gente que se quedó sin su fuente de trabajo”, dice Weimer.
Si bien las salas comenzaron a recibir subsidios, no se sabe, de todas maneras, cuánto podrán resistir de esta forma. “Recibimos el plan Podestá, que es del Instituto Nacional del Teatro, que redistribuyó de manera distinta sus recursos. En el caso de las salas nos sirvió para paliar las urgencias del primer mes”, dice la titular de ARTEI.
La “Preservación Operativa de Elencos, Salas y Teatristas Argentinos” (PODESTA) tiene como objetivo “brindar respuesta inmediata a la situación de suma fragilidad en la que se encuentran las comunidades teatrales independientes de todo el país”. Las líneas de ayuda contemplan como beneficiarios a los espacios y espectáculos que hayan recibido subsidios del INT durante el período 2018-2020.
Actualmente en su segunda etapa, el plan Podestá alcanzó en una primera parte a más de 5200 trabajadores teatrales de distintos rubros, 240 salas y 699 espectáculos de todo el país, según información oficial del INT.
Más allá de estas líneas de apoyo económico, desde el sector del teatro independiente esperan recibir algún subsidio para funcionamiento de sala o espacio. “Esto es lo que está en veremos, porque por el lado del INT queda el Podestá, pero sin el funcionamiento no llegamos. El instituto depende de cómo libera las cuotas el Ministerio de Economía”, explica Weimer.
“Por el lado de Ciudad estamos esperando una ayuda extraordinaria que iba a llegar a toda la cultura independiente pero todavía no se cobró”, añade. “El directorio de Proteatro evaluó con mucha rapidez los pedidos de funcionamiento. El problema es el circuito administrativo. Si todo esto nos llega en el segundo semestre del año la verdad que estamos en el horno”, advierte.
Al mismo tiempo que esperan que lleguen estos auxilios, el sector también piensa en el día en que la actividad pueda poner primera. “En la Ciudad planificamos una mesa de trabajo con autoridades de Salud y el Ministerio de Cultura porteño, Escena que también tiene algunos espacios y nosotros, ARTEI”, dice Weimer.
Si bien una posibilidad es que los lugares reabran sus puertas para menos cantidad de personas, en algunos casos esta sería una opción difícil de implementar por las dimensiones reducidas de algunos teatros, reconoció Weimer. “Por otro lado los docentes están trabando en protocolos, para ver de qué manera se reanudaría la actividad“.
Mientras tanto, el teatro independiente se mantiene en cuarentena a la espera de que el nuevo coronavirus se haga a un costado para permitir que las salas vuelvan a brillar y a retumbar de aplausos.