El tirador de Texas, que el domingo mató a 26 personas que celebraran una misa, pudo comprar sus armas porque la Fuerza Aérea nunca ingresó al sistema del FBI sus antecedentes en violencia doméstica.
El autor de la masacre, Devin Kelley, fue encontrado culpable por una corte marcial de haber atacado a su ex esposa y a su hijastro. Por esto, Kelley fue echado de las filas de la Fuerza Aérea. Sin embargo, el Centro Nacional de Información Criminal (NCIC), que administra el sistema de autorizar autorizaciones para comprar un arma, nunca fue notificado.
Por esto, el hombre de 26 años, que tenía problemas con sus suegros y que abrió fuego indiscriminadamente en medio de la ceremonia religiosa, pudo comprar en dos ocasiones sus armas en el negocio Academy Sports + Outdoors.
La masacre dejó 26 muertos en el condado rural de Sutherland Springs. Las edades de las víctimas van del año y medio hasta los 77 años. Según las autoridades locales, una docena de menores están entre quienes perdieron la vida. Además, diez personas permanecían en estado grave, de una veintena de heridos.
Una vez que se conoció que los homicidios pudieron evitarse, la Fuerza Aérea anunció que abrió una investigación interna. El Departamento de Defensa, por su parte, ordenó que se revise el sistema en busca de otros “errores”.
Tras una persecución, Kelley apareció muerte en su auto, de un disparo que él mismo se dio. Los investigadores descartaron que el ataque haya tenido motivos religiosos o xenófobos.