Los beneficios de la lactancia materna son conocidos: fortalece el sistema inmune de los bebés, alimenta como no lo hace ningún otro alimento, y fortalece la conexión entre la madre y su cría.
Un metanálisis realizado sobre un total de 4825 estudios sobre la lactancia destaca que el amamantamiento en la primera hora de vida reduce de manera notable los riesgos de mortalidad y morbilidad (enfermedades asociadas) para el recién nacido. De hecho la investigación recomienda que el bebé sea amamantado lo antes posible.
El metaanálisis publicado en la revista PlosOne, revisó estudios comparados y ensayos, con información proveniente de 136.047 bebés amamantados.
Entre las conclusiones a las que llegaron los investigadores, se cuenta que los bebés que amamantaron entre dos y 23 horas después del parto, tenían un 33 por ciento de riesgo de mortalidad neonatal, en comparación a los que lo habían hecho entre una y dos horas después del nacimiento.
Además, los que comenzaron la lactancia después de 24 horas tuvieron 2,19 por ciento más de riesgo de mortalidad.
De esta forma, los especialistas concluyeron que retrasarla lactancia aumenta los riesgos de mortalidad.
Los investigadores, liderados por la médica del Harvard T.H. Chan School of Public Health, Emily R. Smith, señalaron que la lactancia en los primeros minutos de vida, a través de la exposición del bebé al calostro materno, previene la translocación bacteriana (el paso de microorganismos desde el intestino a partes del organismo externas a este, como los ganglios linfáticos o la sangre), favorece la maduración del intestino y previene las infecciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene recomendando la lactancia materna como “la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables”.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más. De acuerdo al organismo, la lactancia exclusiva reduce la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes en la infancia, tales como la diarrea o la neumonía, y ayuda a una recuperación más rápida de las enfermedades. Estos efectos son mensurables tanto en las sociedades con escasos recursos como en las sociedades ricas.