El gobierno y la Justicia de Irán debaten prohibir por completo las redes sociales en el país, luego de ola de manifestaciones opositoras iniciadas en diciembre último, que dejaron una veintena de muertos y varios miles de arrestados, y que usaron plataformas en Internet para multiplicarse.
La medida afectaría sobre todo a las aplicaciones que permiten enviar video y fotografías (Telegram e Instagram), que todavía funcionan en Irán y que los manifestantes utilizaron profusamente para comunicarse durante la protestas, informó hoy el vicefiscal general, Abdul-Samad Jorramabadi. “Estos medios no sólo difunden contenidos contrarios a la seguridad interna del país, sino también contrarios a los valores islámicos”, afirmó Jorramabadi en una entrevista concedida al portal de noticias iraní Mizan Online.
El vicefiscal general, que calificó a estas plataformas como “incontrolables” e insistió en que deben ser bloqueadas por completo, señaló no obstante que el Gobierno es de otra opinión, aunque no tiene la última palabra en este asunto, según dijo en la entrevista reproducida en parte por la agencia de noticias EFE.
El antecedente inmediato de esta alternativa data del 31 de diciembre, cuando el movimiento se acercaba a su punto de inflexión, e Irán bloqueó temporalmente el acceso a las redes sociales.
La medida fue justificada por el viceministro del Interior para temas políticos, Esmaíl Yabarzade, quien señaló que “cuando hay algún conflicto, es natural el uso de algunas herramientas para controlar las concentraciones ilegales”. En ese momento, Yabarzade aclaró que la medida se aplicará por un tiempo y de modo circunstancial. “Estas decisiones son temporales”, dijo, y aseguró que “el Gobierno no tiene la intención de cerrar las redes sociales” de modo permanente.
Las protestas, que comenzaron a finales de diciembre, se dirigieron en un primer momento contra la política económica y exterior del Gobierno del reformista Hassan Rohani, pero rápidamente se extendieron a todo el sistema político, en el que tiene una gran influencia la cúpula religiosa, como el líder máximo, el ayatollah Ali Jamenei. Las autoridades del país persa denunciaron desde el principio que la ola de protestas fue organizada e impulsada por los “enemigos de Irán”, y la prensa local mostró estadísticas sobre el origen de la convocatoria en las redes sociales, cuyo hashtag “#IranProtests” se nutrió en un 80 por ciento de mensajes originados en Reino Unido y Arabia Saudita.
(Télam)