“Le soltaron la mano”, afirmó Alessandra Minnicelli, en referencia a Julio De Vido.
“Es un preso político. En un momento del país, se hacía desaparecer a la gente que pensaba distinto. Hoy, en lugar de hacerlos desaparecer, se los manda a la sombra metiéndolos presos. La Justicia está tomando decisiones políticas”, sostuvo la esposa de De Vido, que está detrás de la estrategia de defensa de su marido.
Minnicelli reiteró que se siente “dolida” con la ex presidenta Cristina Fernández, a quien responsabiliza de la actitud que adoptó el bloque de diputados del Frente para la Victoria el 25 de octubre, cuando no concurrió a la sesión en las que se trató el desafuero el diputado suspendido y ex ministro de Planificación.
“En momentos difíciles, no me llamó”, reafirmó la mujer de De Vido sobre la actitud de la ex mandataria. Además, reiteró que la declaración que hizo Cristina Fernández en un programa de televisión acerca que no pone las manos en fuego “por nadie”.
“Fue una frase poco feliz, que tuvo una repercusión mala. Quiero pensar que fue algo del momento que no lo razonó. Es la peor imagen la que tengo”, reafirmó.
Por otro lado, Minnicelli cuestionó a los jueces que pidieron el desafuero de De Vido y al Poder Legislativo.
“No está bien que un juez mande un oficio al Poder Legislativo porque no está escrito en ninguna norma. Lo más grave es que el Poder Legislativo, integrado por profesionales del derecho, no lo hayan devuelto”, sostuvo.
“El Poder Ejecutivo está de fiesta porque, mientras el Poder Judicial encarcela a los funcionarios del gobierno anterior, le dicta sobreseimientos al por mayor a los funcionarios que están en claro conflicto de intereses”, afirmó Minnicelli.
La abogada sostuvo que el “encierrro” de De Vido “es horrible” y advirtió que es “incompatible” con su condición de diabético e insulino dependiente.
“La diabetes es un problema serio, que te va minando el organismo silenciosamente y si no se cuida, se corre riesgo en el deterioro de los órganos”, advirtió en declaraciones radiales.
Minnicelli reveló que el ex funcionario kirchnerista comparte el módulo en el penal de Marcos Paz con Eduardo Juliá, detenido por intentar ingresar en 2011 casi una tonelada de cocaína a España.
“No tiene celular, ni internet, ni mira TV. Me llama por teléfono a la noche todos los días y eso me deja un poco más tranquila”, confió.