Hace unos cuatro mil años, los rituales y actividades que se hicieron en Stonehenge, en el oeste de Inglaterra, tuvieron una acústica clara y fuerte como la de una sala de cine.
Según una nueva investigación, el tiempo de reverberación (el tiempo que tarda en extinguirse un sonido) en el monumento megalítico promedió 0,6 segundos, un tiempo espectacular si se tiene en cuenta que la construcción de piedra se encuentra al aire libre y no tiene techo.
Para el ingeniero acústico y responsable de la investigación, Trevor Cox, este tipo de acústica “majestuosa” permite la transmisión con fluidez de la música y las voces.
“Sorprendentemente, considerando que Stonehenge no tiene techo y hay muchos espacios entre las piedras, la acústica es similar a la de una sala cerrada, como un cine, en lugar de un espacio al aire libre”, afirmó el ingeniero al Daily Mail. El especialista detalló además que el tiempo de reverberación de un salón común es de 0,4 segundos.
“Para entender un espacio, no solo necesitamos saber cómo se veía, sino también cómo sonaba (…) Cualquier ceremonia moderna implica sonido, y es razonable suponer que la gente habría hablado y hecho música dentro o alrededor de Stonehenge”, explicó Cox, quien publicará su hallazgo en la revista científica Journal of Archaeological Science.
El técnico, que llevó adelante la investigación con el organismo público Historic England, “la amplificación podría haber ayudado a la comunicación del habla y la reverberación mejoró los sonidos musicales”.