Todo transcurría con normalidad, con los penes en su correcto lugar, hasta que el artista, tal vez concentrado más en el texto que iba a leer más que en su alrededor, no se dio cuenta que el pene color beige de la muestra estaba a su lado, tropezó y la punta de la obra de arte terminó con graves daños, dolorosos para la autora de esas piezas.
Todo sucedió el 21 de octubre pasado, en el Palacio de Arte de Erlangen, en el sureste de Alemania, en el marco de la muestra I am not a toy (No soy un juguete). Parte de esa muestra incluye a tres penes erectos de 40 y 60 centímetros de alto -de color beige, azul y violeta-, creados por la artista Anna Maria Bieniek, de 39 años.
Durante un evento, uno de los artistas se disponía a leer un texto alusivo a la muestra, cuando el accidente ocurrió. “Rompí el pene”, atinó a decir el hombre, según consigna la agencia DPA. En efecto, el miembro beige fue a parar al piso y el glande terminó con un importante agujero en su cerámica.
“Es un drama y a la vez una historia bonita. Debido al incidente recibo una mayor atención que si no hubiese ocurrido”, afirmó Bieniek. “Expresé la libido y la incapacidad del pene para el autocontrol a través del movimiento de este falo casi realista”, expresó la escultora, sobre la idea que intenta transmitir a través de sus obras. La artista contó que, después del accidente, arregló parte del pene aunque decidió dejar una parte dañada.