Después de dos años de estudios en los que se identificaron los restos de las 85 víctimas del atentado a la AMIA, del trabajo realizado por peritos especializados en genética surgió un nuevo enigma: los investigadores encontraron ADN desconocido que alimenta la hipótesis de la existencia de un atacante suicida.
La investigación, llevada adelante por integrantes del Cuerpo Médico Forense (CMF) de la justicia nacional, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el Laboratorio de Huellas Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), logró determinar la identidad de la víctima 85, revelada tiempo atrás: se trata de Augusto Daniel Jesús, hijo de María Lourdes, también fallecida en el atentado.
En tanto se estableció que los restos inhumados del cementerio de La Tablada corresponden a las personas que perdieron la vida en la AMIA, aunque también apareció un nuevo perfil genético desconocido hasta el momento y que no coincide con el de las víctimas ya identificadas.
El portal del Ministerio Público informó que la fiscalía ya trabaja para develar el misterio en torno a este ADN, que refuerza la idea que pudo haber un atacante suicida. En este sentido, comunicaron que se buscará cotejar la información genética encontrada con la de los familiares del sospechoso de haberse inmolado.
Además, los fiscales Roberto Salum, Leonardo Filippini y Santiago Eyherabide también ordenaron hacer nuevas pesquisas sobre los restos del automotor encontrado en la mutual judía, en el que se habría transportado la bomba que destruyó a la mutual judía en 1994.
Las sospecha de la Unidad Fiscal AMIA recaen sobre Ibrahim Hussein Berro, integrante de Hezbollah.