Oculto debajo de Basílica de Majencio, en Italia, a cuatro metros de profundidad, todavía está allí el gran almacén que sirvió, al mismo tiempo de boticario para el emperador romano y el resto de las autoridades, los militares y, finalmente, el pueblo.
Es que este gran mercado, construido por orden del emperador Domiciano (51-96 d.C), y que quedó sepultado a inicios del siglo VI tras la construcción de la basílica, fue el lugar que sirvió como una antigua farmacia para la antigua Roma, a donde iban a parar las especias, no solo utilizadas para el comercio sino también en forma medicinal. El lugar hoy es excavado por arqueólogos de la Universidad La Sapienza de Roma, bajo la dirección del profesor Domenico Palombi.
Las especias “representaban una riqueza que el emperador apreciaba de forma especial, de ahí que construyera los almacenes cerca del palacio -afirmó Palombi-. Algunas provincias del imperio pagaban los impuestos con bienes prestigiosos: Las especias y el pairo eran un ejemplo. La primera elección de las especias correspondía al emperador, para la corte y el ejército; el resto se comercializaba con precios establecidos por el emperador”.
Se sabe, a partir de los escritos que sobrevivieron al paso del tiempo, que Galeno de Pérgamo, el médico de la corte imperial y de los gladiadores, y uno de los más influyentes en la historia de la medicina, recorrió los almacenes de “Horrea Piperiana”, tal como se llamó el lugar. Según el discípulo de Hipócrates, en esta especie de gran boticario podían adquirirse desde las especias para los medicamentos como también instrumentos quirúrgicos. El complejo, además, contaba con una importante biblioteca y un espacio en donde Galeno demostró sus conocimientos médicos.
Este antiguo mercado romano es “un lugar jamás estudiado e inédito”, destacó Palombi, según consignó la agencia EFE. La idea, según las autoridades del Parque Arqueológico, es que a partir de 2020 pueda ser visitado por el público y pueda ver una de las farmacias más antiguas del mundo.