Para un japonés, Luciano Rosso es un meme. El video- fragmento de su obra, Un Poyo Rojo, la que lo llevó a triunfar en festivales como el Avignon, alcanzó los 9.6 millones de views y paradójicamente, se desparramó por todo el globo. Aunque, para algún vecino de Tigre que no le siguió la carrera, Luciano sigue siendo ese pibe tigrense que bailó en una compañía de allá y que alguna vez tuvo un Centro Cultural.
Para los archivos de la UNA, Miguel Israilevich fue un estudiante de actuación que se graduó con una tesis sobre las distintas industrias culturales en Argentina. Los jurados de la Bienal de Dirección lo eligieron bienalista en 2013 y en 2015, pero para algún compañero de estudios despistado la cosa quedó ahí y Miguel nunca siguió sus estudios en Paris.
Lo cierto es que sí, y también conoció y se casó con Luciano y complementaron caminos recorridos, experiencias personales y estilos de actuación para crear Furor: un espectáculo en torno al éxito y el fracaso. Hilarante, pero con puntapiés para la reflexión, Furor se presentará en Buenos Aires en la sala Timbre 4 el 29, 30 y 31 de julio, En el marco de una gira por Argentina y Uruguay. Juntos, como creadores e intérpretes, lograron capitalizar las distintas vertientes del éxito, en Buenos Aires, en Paris, en redes virtuales y en la carnadura sin mediatización que tiene el teatro. Ambos tienen carreras en pleno auge, con fuerte reconocimiento en la escena nacional y también la internacional (están radicados en Paris y esporádicamente realizan giras con sus respectivos proyectos). Al igual que el Poyo Rojo, que Rosso creó con su pareja de entonces, en Furor la clave está en esa intimidad entre ambos que permite la explosión lúdica del teatro al máximo. Si Furor nace de ese vínculo.
Diario Vivo: ¿cómo confluyeron dos artistas que con sus distintas experiencias se ponen a crear?
Luciano: Nos conocimos en Buenos Aires
Miguel: Al poco tiempo de habernos conocido, nos casamos. Veníamos de palos distintos.
Diario Vivo: Entonces, ¿de dónde sale esta idea de Furor?
Miguel: La pregunta que para mí dio inicio a Furor, fue cómo podemos llevar el recurso del playback a un lugar más arriesgado todavía. Y a partir de eso empezamos a probar cosas nuevas, que no te vamos a spoilear.
En Portugal hicimos una primera versión de toda la obra, que creo que no quedo nada de toda esa primera versión. Fue una estructura inicial que luego la fuimos repensando. Probar la obra con público, agregando y quitando cosas, viendo qué funciona y qué no o por ahí nos quedamos en un lugar, pero más tarde recuperamos algo que sí estaba bueno y quedo en un segundo plano.
Diario Vivo: Entonces Furor se fue rearmando en base a las reacciones de públicos de distintos países.
Luciano: Fuimos viendo: qué pasa si me manipulas el cuerpo y como me dejas vemos qué personaje sale de ahí y quién es y qué hace y qué viene a mostrar.
Miguel: En relación a ese recurso – el de dirigir en escena – ahí confluyeron intereses que ambos por cada lado veníamos experimentando con otros proyectos. Yo como director, él como interprete. Venía de antes.
Diario Vivo: La comedia tiene- injustamente- mala fama de banal. Pero acá abordan temáticas más complejas como el exitismo, sin perder la cosa clownesca.
Miguel: Mira, yo vengo de teatro de texto, universidad, lo académico, el autor y la obra
Luciano: Y yo no
Miguel: Él todo lo contrario. Al principio tenía el temor de que esta obra fuera como juego, caer en lo banal y se quede ahí. Me fui arriesgando a soltar algunas cosas de cómo entendía yo la actuación, el teatro… La fui poniendo más en duda a partir de esta obra también y por lo que nos devuelve la gente cuando la ve, tiene un concepto muy fuerte, con algo que está pasando. El concepto se materializa porque la obra habla de algo que está circulando en el inconsciente colectivo. Que tiene que ver con lo mediático, con la visibilidad. Entonces ahí desde el humor vamos a lugares como sórdidos, emotivos, cómicos. Pasamos por distintos lugares y como que a la gente le llega eso y le hace pensar en un montón de cosas más allá de todo o que se rían. La mueve. Le genera cosas más allá de pasar el rato.
Diario Vivo: Cosas que tal vez no se esperaban cuando plantearon la oba
No lo planteamos así, pero lo empezamos a sospechar después de las primeras funciones y lo profundizamos después. Se asomo. Y dijimos che, pero mira, además, esta bueno reflexionar sobre esto. Y nos dimos cuenta de que si, de que era esa. Era por ahí
Diario Vivo: Decís que vos no venís de lo académico. ¿De de dónde venís? ¿Cómo te formaste?
Miguel: Nunca se formó
Luciano: Me deformé
Miguel: Todavía está deforme
Luciano: Empecé a estudiar danza de grande, tipo los 17. Y entré en una compañía de danza barrial, de tigre, de donde soy. Después entré en el Choque Urbano, y tomé clases de música. Osqui Guzmán venía a dar talleres de teatro, Dani Casablanca también y medio que fui juntando y probando. Después de unos años tuve un centro cultural. Y fue, bueno, el semillero de un montón de cosas que hice después. Me armé mi camino viendo lo que me gustaba, lo que me interesaba, llamaba la atención y viendo cómo podía mechar con lo que ya tenía y medio que lo fui armando así. No tengo una formación académica.
Diario Vivo: Se complementan
Luciano, en tono de humor: No terminé el secundario. Queres ponerlo? Ponelo, ¡dale! Ese es el título.
Diario Vivo: “No termina el secundario y triunfa en Paris”
Miguel: Es la dama y el vagabundo, la bella y la bestia
Diario Vivo : Entonces, había ganas de experimentar y de pasar tiempo juntos, ese fue el disparador.
Luciano: Así es, experimentar y tener ganas de laburar juntos. Somos bastante inquietos y estábamos en vacaciones en Portugal. ¿Viste cuando te juntas con tus amigos y te mamas y decís hagamos una banda de rock? Bueno nosotros hicimos una obra. Empezamos a jugar en verdad. Con improvisaciones, donde Migue me proponía cosas y yo las hacía. Ah re. Sonó mal, edítalo. – bromea Rosso – Había un par de dispositivos y puntos que queríamos tocar.
Diario Vivo: ¿Qué puntos?
Luciano: Sabíamos que el punto de partida era esta situación que pasó con mis videítos, por eso lo de Furor. Y de ahí empezamos a mirar material de Reality Shows, de gente que sale de estar en la tele o que se hace un video y se hace famosa. Como de la fama rápida, viste. Empezamos a hurgar un poco en eso. Los dos sabíamos que no queríamos hacer un espectáculo donde yo esté haciendo playbacks una hora, porque se agota. Entonces partimos de esa base y después empezamos a llevarlo un poquito más allá. Las primeras funciones que hicimos fueron bastante experimentales porque casi todo era improvisado. La hicimos bastante en Madrid, después nos fuimos a Colombia… Y a partir de eso le fuimos dando forma en el hacer y en ver cómo la gente iba reaccionando.
Diario Vivo : También está esto del director en escena, “dirigiendo”
Luciano: Sumamos la idea del director en vivo que va moldeando la escena. Empezamos a jugar un poco con eso, con los jurados de estos Talent Shows o de los Realitys que te dan el okey o te tiran para abajo. Tomamos un poco esos elementos para ver cómo podíamos contar una historia que amaga mí historia personal y lo que pasó con estos playbacks que yo hago. Pero lo llevamos un poquito más allá. Sabíamos que no queríamos quedarnos en eso así que le dimos una vueltita de tuerca.
Diario Vivo: ¿Surge desde esta idea de teatralidad lúdica o salió de un concepto que venían a proponer en torno al Furor del mundillo digital?
Miguel: Fue un poco en paralelo. Surgieron de cosas que nosotros hablamos como pareja, de qué nos pasa con el trabajo, con la exposición. La exposición que tuvo él o la exposición que pude tener yo o no tuve, o por ahí de las ganas de no tenerla nunca. Cuáles son esos ideales de reconocimiento y de exposición, a dónde se llega cuando uno queda expuesto. Yo veo la intimidad de lo que a él le pasa con esto de ser conocido y las cosas buenas y la cantidad de cosas no buenas que tiene, entonces todo eso en el conocernos y charlar genera conceptos, pero bueno, al ser una pareja eso está en el día a día. Al ponernos a jugar…decanta solo. No es que pensamos un criterio, sino que empezamos a jugar y lo otro ya está.
Diario Vivo : Hay algo de lo dado, de la intimidad
Es una obra que la podemos hacer porque nos conocemos como nos conocemos. Digo, incluso el juego que se hace en vivo, es un juego que es posible por la cantidad de cosas que compartimos (él hace una oralidad espontánea y Luciano la playbackea) y porque yo ya sé por dónde va a penar él, él ya sabe por dónde voy a ir yo. O si no coincidimos sabemos qué pasa. Se genera una cosa que tiene que ver con cuando tenes mucho código con alguien.
Diario Vivo: Se saltean la instancia ensayos con desconocidos, entrar en confianza y tal. ¿Es un lugar para capitalizar la intimidad, creen eso?
Miguel: Si, totalmente.
Luciano: Suena a frase de revista Gente: Con la intimidad, creamos. Ese es el título. Cerramos ahí.
Diario Vivo: Caso raro el tuyo, Luciano: alcanzar masividad en redes pero en base a lo que haces en teatro. Un mix poco común entre bohemia y cultura pop.
Luciano: Es que hoy en día la masividad no es algo difícil de alcanzar. Tenes un teléfono, filmas a tu abuelo y que se yo. Está muy dado eso. La cuestión de viralizarse. Y de llegar a lo masivo. Qué se yo. A mí me gusta, lo disfruto más cuando lo meto en un teatro. En ese contexto me siento más protegido. Y además está la gente ahí, pasan otras cosas.
Diario Vivo: Miguel, tu tesis de graduación fue sobre algo que estás viviendo ahora: la producción teatral y la influencia de sus contextos.
Miguel: Mi tesis de la UNA es sobre cómo influye la industria cultural de un entorno en la producción teatral alternativa. Y comparé en su momento córdoba con Buenos Aires. El circuito porteño tiene una industria cultural más desarrollada y hay más marcado en la actuación y demás y cómo eso influye en las creaciones independientes. No en las comerciales. Pensar en cómo el hecho de que exista eso en un entorno te influye a la hora de tener una subjetividad creativa en donde sos independiente. Y cómo se compara con Córdoba donde esa industria todavía no está tan desarrollada. Y hay otras limitaciones de profesionalización pero también hay otras libertades porque las perspectivas de alcance son mucho más próximas para todos. Y ahora hice otra tesis de master acá en Francia sobre técnicas de actuación y ese tipo de cosas.
Diario Vivo : Estando allá, ¿qué puntos en común o en disidencia encuentran entre el circuito local y lo que pasa allá?
Miguel: Depende en qué ciudad. Lo que conozco es Paris y cómo es en Madrid. Son los puntos que por ahí conozco más. Son bastante distintos entre sí. En Madrid puede ser un poco más parecido a lo que pasa en Buenos Aires, se arma un toque más así. Acá en Paris, Francia es el país de la burocracia. Para cualquier cosa tenes que hacer mucho trámite. Para armar una obra de teatro, hay que instaurar una Compañía, que no es lo mismo que una cooperativa. Legalmente tenemos que tener el estatuto de Compañía. Para eso tenemos que tener un presidente, un secretario un tesorero…. Que a su vez no puede ser ninguno de lo integrantes de la compañía, los tenes que conseguir de afuera… Gente amiga que nunca vaya a trabajar con nosotros. Es como una cosa para garantizar que el subsidio llegué ok. Se hacen residencias de creación. Tenes períodos de residencia breves de 10 días, por ejemplo. Luego la salida de residencia donde mostras el resultado. Eso a veces es pago, a veces, solo te dan el espacio. Son las formas en las que se van legitimando.
Diario Vivo : Tiene su burocracia también, ese sería el mensaje anti – cipayo, digamos
Miguel: Exacto. También acá esta la figura de la intermitencia, que para el que completa más de 500 horas de trabajo comprobadas, luego los días en los que no trabajas el gobierno te paga. Entonces muchos son mercenarios de querer completar las 500 horas como sea: hacen de todo, actúan en obras que por ahí no le interesan, actores reconocidos hacen de extras. Entonces hay algunos beneficios, pero a veces eso va en desmedro con la pasión creativa o las ganas de hacer, pero al mismo tiempo está bueno porque podés laburar de actor y ganar bien.
Diario Vivo: Del circuito off de Buenos Aires se dice que es único en el mundo: ¿ encuentran puntos en común con el circuito de allá?
Luciano: Buenos aires tiene alta cocina, por así decirlo. Y acá en Paris está muy reputado.
Miguel: Sí, está muy bien visto todo lo que es teatro de Buenos Aires. Cine también. Acá puntualmente tienen un amor muy grande por los argentinos. También pasa con el teatro de Brasil, los actores. Yo trabajo como una actriz brasilera que le pasa mucho eso.
Diario Vivo : Más allá de que Furor tiene muchos componentes físicos, ¿creen que hay códigos, teatrales o verbales, que allá serían menos legibles?
Miguel: En Furor – a diferencia de Un Poyo Rojo – hay texto. La hacemos en castellano. Pensamos hacerla en francés acá en Paris, pero la obra tiene grandes partes de improvisación, entonces ya hay algo de jugar con un idioma que no es el nuestro, que lo hablamos hace dos años nada más y que condiciona un montón. Deberíamos pensar una versión más estable, con menos improvisación, para hacer en francés.
Luciano: y con un montón de ganchos con respecto a este idioma que es diferente, no solo el idioma sino el tipo de humor
Miguel: La idiosincrasia, el tipo de comportamiento social, los valores que tienen. Es una sociedad muy distinta a la nuestra.
Luciano: Un poco esta obra la hicimos como excusa para – además de querer hacer algo juntos – poder visitar países de habla hispana cercanos, ir a la argentina, hacer centro América. Medio que la pensamos para eso.
Y así lo concretaron: la posibilidad de ver artistas nacionales que son celebrados en muchísimos países es un hecho. Hay tres fechas en Buenos Aires, una en Córdoba y dos en Montevideo, además de fechas en Viedma, Bahía Blanca y Mendoza.
¿Dónde y cuándo ver Furor?
23 y 24 de Julio – Montevideo, Sala Verdi
26 de Julio – Bahía Blanca,Teatro Gran Plaza
27 de Julio – Viedma, Centro Municipal de Cultura
29, 30 y 31 de Julio – Buenos Aires, Teatro Timbre 4
1 de Agosto – Mendoza, Teatro Mendoza
4 de Agosto – Córdoba, Ciudad de las Artes
Fotografía: Ana Schmukler
