Fueron editadas en grabaciones inéditas realizadas por Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones, Bill Wyman y Charlie Watts en la emisora británica entre 1963 y 1965, con toda la frescura de la juventud
Había una vez una banda de jóvenes irreverentes e inquietantes, cuyo sonido no era igual a ningún otro, aunque las influencias despuntaban a un abanico de géneros aparentemente irreconciliables. En esos tiempos, entrar a un estudio de la BBC representaba la plataforma al país y al mundo, un tiempo de rankins radiales por los que las bandas median su éxito, su visibilidad.
En esos tiempos, también, los Rolling Stones no eran la banda de rock and roll más resonante del planeta, pero ya eran una rara avis en la escena británica: entre el perfecto pop de The Beatles y la crudeza atemperada con music hall de The Kinks, The Rolling Stones eran la banda que mejor condensaba la suciedad y el calor del rythm’n’blues estadounidense.
Todos los sonidos de esos momentos germinales quedaron registrados en lo que por más de 15 años fue un rumor: finalmente llegó la edición material de aquellos años dorados. Los Stones se lanzan con la edición sistemática de la serie en vivo From the Vault y con un disco de estudio, Blue & Lonesome, que honra aquel instinto musical de los inicios. Después de tanto amague, de marcha y contramarcha, este era el momento justo para On Air.
El disco lanzado aquí por Universal contempla dos ediciones, una simple con 18 canciones y una doble realzada por un segundo disco con otros 14 tracks, algunos con sonido algo discutible a pesar de la minuciosa restauración efectuada pero con indudable valor documental. Sobre todo porque el grupo mecha esos temas cuya difusión quería potenciar (la seminal versión del “Come on” de Chuck Berry; “Satisfaction”, “The last time”, “It’s all over now”) con verdaderas gemas rescatadas al tiempo.
Ahí aparece el blues arrastrado de “The Spider and the Fly” y “Cops and robbers”, más tributos a Chuck en las calientes versiones de “Roll Over Beethoven”, “Memphis, Tennessee”, “Carol” y “Around and around”, un “Hi heel sneakers” con alaridos femeninos de fondo, un muy sucio “I wanna be your man”, el paseo por los terrenos del soul de “Everybody Needs Somebody to Love”, el mismo “Beautiful Delilah” de Berry que los Kinks versionaron para su primer disco y una deliciosa lectura de “Mona” (Bo Diddley) que cierra el primer disco.
Lo que alguna vez fue esa bandita de jóvenes irreverentes y sensuales, que, como tantas que quedaron en el camino ,lucharon por hacerse un lugar en el dial de la BBC, hoy por hoy son prácticamente la banda con más trayectoria del rock internacionales, gigantes de la historia de la música cuya perla este disco rescata, en el momento en el que todo estaba por hacerse.