Moscú advirtió hoy que la decisión de las autoridades ucranianas de imponer el estado de excepción en diez regiones, incluidos los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk, puede desembocar en una escalada de las tensiones en el este del país.
“La imposición del estado de excepción en varias regiones conlleva la amenaza de una escalada en regiones de conflicto”, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien precisó que se refiere a la situación en el este del país.
Peskov agregó que aunque se trata de un asunto interno de Kiev, la proximidad de las elecciones de marzo de 2019, hace que la medida tenga un “tinte especial y poco camuflado”. El vocero señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, expresará su postura sobre el incidente naval con Ucrania “en los próximos días”, probablemente, en el marco de su participación en la cumbre del G20 que se celebrará en Buenos Aires entre el viernes y sábado próximo.
Al mismo tiempo, recordó que aunque el incidente en el mar Negro no esté en la agenda de las reuniones del líder ruso en el G20, Putin estaría dispuesto a abordarlo durante los encuentros bilaterales con otros mandatarios y “no debe caber duda de que dará aclaraciones exhaustivas al respecto”, citó la agencia de noticias EFE.
La Rada Suprema o Parlamento ucraniano aprobó ayer la propuesta presentada por el presidente Petro Poroshenko de imponer el estado de excepción a partir del 28 de noviembre y por espacio de 30 días. El mismo se aplicará en diez regiones costeras o limítrofes con Rusia -incluido Donetsk y Lugansk, escenario de un conflicto desde 2014- y con Moldavia, así como en el mar de Azov.
Rusia mantiene apresados a tres buques ucranianos, detenidos tras el incidente del domingo, y a sus tripulantes, a los que acusa de una violación de sus aguas territoriales rusas.