En Toledo, la capital española de la gastronomía, pueden decir, con orgullo, que tienen una de las industrias de espadas más importantes del mundo, que la ciudad en sí misma es un Patrimonio de la Humanidad por sus construcciones históricas y que, ahora, también son los autores de uno de los récords más ricos del mundo: el plato de jamón crudo de mayor tamaño, que ya entró en el libro Guiness de los récords.
El escenario para montar el plato fue la Plaza de España de Torrijos, y contó con el apoyo oficial del Ayuntamiento de Torrijos. Claro que para llegar al récord fue necesario un gran operativo: por ejemplo, a la ciudad deberieron llegar cortadores de jamón de toda España, incluso de otros países. En total, se congregaron 205 profesionales del arte de cortar jamón.
El trabajo de los cortadores llevó un poco más de dos horas. Según Embutidos España, se cortaron 210 jamones. “Esta iniciativa surge en torno al V Centenario de la Colegiata del Santísimo Sacramento de Torrijos que se celebra durante todo 2018. Para el municipio y la comarca es muy importante el sector cárnico y compartir este tipo de eventos con su industria y con los ciudadanos es la mejor forma celebrarlo”, dijo el alcalde de Torrijos, Anastasio Arevalillo.
Finalmente, el jamón en fetas alcanzó un plato de 500 kilos, todo un hito que viene a romper un récord que ostentaba la misma ciudad, cuando en 2016 habían logrado un plato de 392 kilos.
La iniciativa, más allá del récord, tuvo también un fin solidario: lo recaudado con la venta del jamón fue destinado a la Asociación Torrijeña de Esclerosis Múltiple (Atordem). “Este evento va a servir para unir cada vez más al sector cárnico de la zona, tan importante para la economía local, pero sobre todo nos permitirá seguir luchando para encontrar la solución a este enfermedad que tanto necesitamos, dijo el presidente de la organización, Alberto Lorenzo.
El Consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo destacó la importancia del evento, pues, según señaló, une la solidaridad con la puesta en valor del sector cárnico, una industria que genera en la región 2.000 millones de euros de facturación.