El represor Miguel Etchecolatz volvió a su casa, en el Bosque Peralta Ramos, en la ciudad de Mar del Plata, luego de que la Justicia le otorgara la prisión domiciliaria el miércoles último.
En las primeras horas de hoy, el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, condenado por múltiples crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar, fue trasladado desde el penal de Ezeiza.
El represor de 88 años llegó a su casa, ubicada en la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas, alrededor de las 7. Deberá usar un dispositivo de monitoro electrónico
El beneficio de la prisión domiciliaria fue otorgado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6, tras el pedido de su defensor oficial, Daniel Carlos Ranuschio. El abogado sostuvo que el represor cumple con los requisitos legales para el beneficio ya que tiene 88 años y padece diversas enfermedades, como hipertensión arterial, adenoma de próstata –que requiere de caterización permanente– y deterioro cognitivo irreversible. “Es el geronte con mayor edad en institución carcelaria en todo el ámbito penitenciario federal”, argumentó.
Etchecolatz estuvo al frente de 21 centros clandestinos de detención. Desde 1986, fue condenado en seis expedientes por crímenes de lesa humanidad. Tiene tres cadenas perpetuas por las causas y varios procesos abiertos.
La vivienda donde quien fuera mano derecha de Ramón Camps, jefe de la Policía bonaerense, cumplirá su condena está rodeada por un paredón con dos portones verdes.
En los predios aledaños, hay terrenos vacíos y otras casas.
“Entiendo que para aquellos que atravesaron este período es muy difícil compartir esta decisión, pero es una decisión de la Justicia”, sostuvo la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que hoy estuvo en Mar del Plata y fue consultada por el diario local La Capital.
Organizaciones de derechos humanos convocaron a marchas en rechazo al beneficio otorgado Etchecolatz, en La Plata y Mar del Plata. Reclaman “cárcel común, perpetua y efectiva” para los ex represores.
REPUDIO DE SU HIJA
En una declaración conjunta, la hija de Miguel Etchecolatz y descendientes de otros genocidas repudiaron el beneficio de la prisión domiciliarias con el que fueron favorecidos los represores.
“Esos genocidas, que son o que fueron nuestros padres, están volviendo a sus casas, a nuestros barrios, beneficiados por jueces sin escrúpulos, de esos que perdieron la conciencia y la memoria o que nunca la tuvieron”, sostiene el pronunciamiento.
La comunicación sostiene que están “decepcionados por una justicia que empieza a borrar la idea de Lesa Humanidad, otorgando supuestas garantías constitucionales (como si fueran “gestos humanitarios”) o condenas irrisorias, equiparando de esta manera a los genocidas con delincuentes comunes”.
(Con información de Télam)
