El periodista y escritor estadounidense Tom Wolfe, autor de los libros “La hoguera de las vanidades”, “Todo un hombre” y “Soy Charlotte Simmons”, entre muchos otros, falleció en un hospital de Manhattan a los 87 años, informó su agente, Lynn Nesbit, quien precisó que Wolfe había sido hospitalizado por una infección.
El autor de “Todo un hombre” y “Soy Charlotte Simmons”, entre otras novelas icónicas, falleció tras haber sido hospitalizado a raíz de una infección, informó Nesbit a la prensa.
Wolfe saltó a la fama como periodista en los años 60 y 70, junto a otros como Truman Capote y Norman Mailer, quienes contribuyeron a la creación de esa nueva corriente narrativa que se llamó “nuevo periodismo”.
Dentro de esa corriente -que contaba la realidad desde la riqueza de la literatura, con técnicas narrativas propias de la ficción pero respetando con rigor los hechos- Wolfe elaboró reportajes que parecían novelas, interviniendo en la acción que relataba, algo insólito para la época.
Entre sus obras de no ficción figuran “El coqueto aerodinámico rocanrol color caramelo de ron”, “Ponche de ácido lisérgico”, “La Banda de la Casa de la Bomba y otras crónicas de la Era Pop”, “La izquierda exquisita & Mau-Mauando al parachoques” y “El nuevo periodismo”.
Nacido en Richmond, Virginia, en 1931, estudió literatura y periodismo en la Universidad Washington. Tras graduarse en 1952 intentó dedicarse al béisbol sin éxito y comenzó su carrera periodística como colaborador en los diarios The Washington Post, el Enquirer y el New York Herald.
El periodista, que tenía setenta y tantos años cuando salía con universitarios para escribir su novela “Soy Charlotte Simmons”, era una persona considerada conservadora para su época, no consumía drogas y se vestía de chaqueta y corbata mientras viajaba con escritores como Ken Kesey y su movimiento hippie Merry Pranksters para su libro “Ponche de ácido lisérgico”.
En su obra logró retratar la sociedad contemporánea norteamericana, usando técnicas adoptadas del periodismo como el reportaje, y dando importancia al entorno social de sus personajes como medio para explicar sus ideas y conductas. En sus libros exploraba temas de sexo, raza, dinero e ideología como elementos divisorios y al mismo tiempo integradores de la sociedad estadounidense.