El día de ayer se estrenó oficialmente en los cines nacionales, la última película de la salteña Lucrecia Martel, “Zama”, aclamada por la crítica internacional. Hoy, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina anunció que el largometraje fue seleccionado para representar al país en los premios Oscar y Goya.
La entidad informó, en sus cuentas de redes sociales, que el film competirá en el rubro “Mejor Película en Idioma Extranjero” en la entrega de los galardones de Hollywood y en la categoría Mejor Película Iberoamericana de los que se otorgan en España.
“Zama”, basada en la novela homónima del escritor mendocino Antonio Di Benedetto, está protagonizada por el hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho, la española Lola Dueñas y el brasileño Matheus Nachtergaele.
Se trata del cuarto largometraje de Martel después de su gran debut con “La Ciénaga”, film al que le siguieron “La niña santa” y “La mujer sin cabeza”, y como estas dos últimas contó con la producción de la empresa argentina Patagonik y la compañía española El Deseo, de Pedro y Agustín Almodóvar; entre otras.
“Zama” cuenta la historia de Don Diego de Zamalloa, un oficial hispano del siglo XVII asentado en Asunción, Paraguay, que espera ser reconocido por sus méritos y aguarda un barco de la Corona española que lo lleve a Buenos Aires. Como eso no ocurre, se lanza a perseguir a un peligroso bandido por tierras de indios.
La novela de Di Benedetto, contra la opinión del escritor, es considerada como parte de una supuesta “trilogía sobre la espera”, junto a “Los suicidas” y “El silenciero”. “El tema de Zama no es la espera, sino la ineficacia de la muerte. Cuando leí el libro tuve un estado de euforia inexplicable, que al principio me costaba entender”, dijo Martel en declaraciones publicadas por el diario La Nación a mediados de mayo último. Y amplió: “Lo entendí a medida que hice la película. Es difícil decir ahora qué es para mí la película; se termina de entender en resonancia con los espectadores”.
La directora y guionista aseguró que fue “la identidad como cárcel” lo que la “interesó”. “El personaje (Zama) está obligado a ser alguien. Es una condición a la que todo ser humano se ve obligado en una sociedad. Esa clave me la dieron algunas líneas sobre el matrimonio que están en la novela. Ese aspecto me cautivó y en torno a eso construí la película: el proceso del personaje de tener que ser alguien”, finalizó.
(Con información de DyN)