“Fritz Lang en América” es el nombre del ciclo que, desde el jueves 8 al domingo 25 de abril en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, y que estará integrado por 14 largometrajes fundamentales del cineasta alemán dirigidos durante su exilio en el continente americano y producidos en el seno del sistema de estudios de Hollywood.
Con estudios en arquitectura y aficionado a la pintura, Fritz Lang comenzó en el cine como guionista aunque rápidamente se animó a dirigir su primera película, Die Spinnen (1919), con la que comenzó su camino un un protagonista central del expresionismo alemán.
En 1933 debió huir de Alemania a causa del nazismo. Lang primero hizo pie en Francia, en donde estuvo dos años, para luego viajar a Estados Unidos, en donde fue contratado por el estudio Metro Goldwyn Mayer.
El creador de Metrópolis fue Presidente del jurado del Festival de Cannes y, en 1960, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
A continuación, cinco películas que podrán verse en el ciclo de la Lugones:
Los verdugos también mueren
(Hangmen Also Die!; EE.UU., 1943)
Con Brian Donlevy, Walter Brennan, Anna Lee.
El 27 de mayo de 1942 muere víctima de un atentado Reinhard Heydrich, jefe del gobierno nazi de Praga. El doctor Franz Svoboda, miembro de la Resistencia y autor material del atentado, se esconde en casa del profesor Novotny. A partir de esa situación de base, Lang –junto al guionista Bertolt Brecht– construye un rompecabezas de violencia y paranoia. “Hacia el final, el sentimiento universal de sentirse atrapado ha sido tan expertamente diseñado que, como en M, el vampiro negro, el espectador termina casi inadvertidamente simpatizando con uno de los personajes más nocivos”. (Chuck Bowen, Slant).
La venganza de Frank James
(The Return of Frank James; EE.UU., 1940)
Con Henry Fonda, Gene Tierney, Jackie Cooper.
Cuando el forajido Jesse James es asesinado, su hermano Frank (que vive desde hace años bajo una identidad falsa) decide abandonar una pacífica vida de granjero para vengar su muerte. Primero de los tres westerns dirigidos por Lang, La venganza de Frank James fue también el debut cinematográfico de Gene Tierney. “El género western es no sólo la historia de Estados Unidos; es lo que la saga de los Nibelungos es para los europeos. Creo que el desarrollo de este país es inconcebible sin los días del Salvaje Oeste” (Fritz Lang, entrevistado por Peter Bogdanovich).
Espíritu de conquista
(Western Union; EE.UU., 1941)
Con Robert Young, Randolph Scott, Dean Jagger.
Vance Shaw, un pistolero reformado, se une al equipo del ingeniero Creighton, que instala líneas telegráficas entre Omaha y Salt Lake City. Pero el tendido de telégrafos se verá amenazado por los indios y también por un grupo de peligrosos forajidos. Adaptación muy libre de la novela de Zane Grey, uno de los autores clásicos de la literatura del Salvaje Oeste. Al igual que en su anterior western, Lang utiliza dramáticamente el technicolor de forma magistral. “El tono sobrio del libro de Grey también está presente en la película de Fritz Lang, que logra recrear la ardua lucha de aquellos hombres cuyo trabajo consistía en unir una pieza de cable de hierro a otra pieza de cable de hierro.” (J.L. Rieupeyrout y André Bazin, Le Western).
Mala mujer
(Scarlet Street; EE.UU., 1945)
Con Edward G. Robinson, Joan Bennett, Dan Duryea.
Christopher Cross es un cajero de banco infelizmente casado que tiene un raro talento para la pintura. Luego de conocer a una prostituta de la que se enamora, le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio, un individuo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para explotar al hombre. “El más horroroso de los estudios sobre la culpa y la condenación, Mala mujer es una remake del film de Jean Renoir La chienne, con un Edward G. Robinson que sufre crecientemente en silencio. En más de un sentido, se trata de la apoteosis del expresionismo según Lang, un film que vive en la más oscura de las noches del alma católica”. (Dave Kehr).
La mujer del cuadro
(The Woman in the Window; EE.UU., 1944)
Con Edward G. Robinson, Joan Bennett, Raymond Massey, Dan Duryea.
Richard Wanley, un experto en criminología, se ve envuelto con una hermosa mujer que lo sumerge en una trama laberíntica de asesinatos y chantaje. Una de las cumbres absolutas del film noir de los años 40, y quizás también el thriller norteamericano más germánico de Lang. “La mujer del cuadro, a diferencia de Mala mujer, no trataba acerca del mal; iba de psicología, de los deseos subconscientes. Y qué mejor expresión de ellos que en un sueño, donde la libido se libera y las emociones se exageran” (Fritz Lang, entrevistado por Alain Silver y Robert Porfirio. Film Noir Reader 3).