Gambina: “El FMI no contribuye en resolver los problemas de la economía mundial, muchos menos de los pueblos”

El especialista en economía política y mundial también dijo: “Estamos en medio de una presión especulativa para agravar la devaluación”.

El doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales y profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Julio César Gambina, criticó el anuncio del del gobierno nacional de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a una nueva línea de crédito, y vinculó esta medida a una profundización de las propias políticas de la administración Cambiemos. Asimismo, en diálogo con Diario Vivo, marcó cuáles pueden ser las exigencias que puede soliciyar el FMI para otorgar el préstamo y se refirió a la última gran intervención del organismo multilateral.

“Creo que el gobierno aprovecha la vinculación con el FMI para favorecer su plan de ajuste y reformas estructurales – expresó Gambina-. Todavía no se sabe ni la cantidad ni cuáles van a ser las condiciones, pero esas condiciones todos sabemos que van a ser ajuste fiscal por un lado, y por otro reforma laboral, reforma previsional y tributaria. La reforma previsional el gobierno ya empezó a plantearla en diciembre pasado, cambiando la forma de actualización. Respecto a la reforma laboral, acaban de presentar algunos cambios, pero hay otros temas que son trascendentes para una reforma laboral a la brasileña, que tienen que ver con cambiar muchas cuestiones de las relaciones laborales y flexibilizar aun más el contrato de trabajo.”

-¿Entonces esto no lo ve asociado a una crisis de financiamiento, sino con profundizar las mismas políticas de Cambiemos?
-Pueden ser las dos cosas al mismo tiempo, porque en enero de este año el ministro de Hacienda Luis Caputo obtuvo nueve mil millones de dólares y dijo que eso era parte de 30 mil millones de dólares de necesidades financieras para el año y que eran conscientes que no había continuidad de aporte financiero del exterior y que por lo tanto la nueva estrategia era financiarse en el mercado interno. Nos venía diciendo que no iban a acudir al mercado mundial, pero igualmente acudió con algunos otros préstamos que ha logrado. Pero la verdad que con la suba de las tasas de interés en Estados Unidos se fue cerrado el mercado internacional para la Argentina y algunos inversores en activos financieros en nuestro país y residentes en el exterior empezaron a desarmar sus posiciones en la Argentina, especialmente la tenencia de Lebacs. Ante esa situación el gobierno no tiene mas alternativa que acudir al fondo. Por eso, yo lo que sostengo son las dos cosas: por un lado ante la cerrazón del mercado financiero mundial acude al FMI pero al mismo tiempo aprovecha que el FMI va a plantear condicionalidades que son totalmente coherentes y convergentes con el objetivo de política económica del gobierno de Macri. O sea que las dos cuestiones funcionan en simultáneo, con un agravante: que entre comienzos de enero y la actualidad se han perdido nueve mil millones de dolares de las reservas internacionales. ntonces uno puede concluir que ese aporte de crédito de nueve mil millones en enero se ha dilapidado en este tiempo para frenar la corrida bancaria.

-El discurso de Macri en el que anunció la renovación de las negociaciones con el FMI y la posterior conferencia de Marcos Peña la semana pasada se leyeron como dos señales dadas a los mercados para brindar tranquilidad. Sin embargo el dólar continuó con su tendencia alcista. ¿Por qué estos mensajes no dieron efecto?
-Hay una fuerte presión de los sectores exportadores que señalan que el dolar está atrasado y quieren empujar una corrección del tipo de cambio. Es más, (Cristiano) Ratazzi, el titular de la Fiat, llego a hablar de un dólar a 26. Nadie sabe hoy cuánto es el tipo de cambio que los grandes exportadores estarían dispuesto a sostener. Elisa Carrió le habló a los exportadores de soja para que liquiden sus tenencias, como si fuera una cuestión de patriotismo. Los grandes exportadores y grandes especuladores están viendo como actúan políticamente y económicamente para hacer una corrección de la divisa. Estamos en medio de una presión especulativa para agravar la devaluación.

-Siguiendo la lógica del gobierno, ¿cree que no tenían más alternativa que acudir al FMI?
-La lógica del gobierno es esa. La Argentina necesita dolares para funcionar, porque tiene un déficit anual de un 40 mil millones de dólares. El déficit comercial es más o menos diez mil millones de dólares por año. Hay unos diez mil millones de déficit turístico por año, de más argentinos que viajan al exterior que extranjeros que visitan la Argentina. Hay remesas de utilidades al exterior más o menos de ese valor, entre nueve y diez mil millones de dólares anuales, y además hay un nivel de ahorro en dólares de la población argentina de inversores locales, que se estima en 20 mil millones de dólares anuales. Es lo que publica el propio Banco Central. Sumando todo esto que yo digo digo da incluso 50 mil millones de dólares. Argentina no fabrica dólares, entonces tiene que traer esos dólares del exterior. Un forma de traerlos es a través de inversiones externas directas y no llegan o llegan en cuentagotas. La otra es vía préstamo. Vía préstamo en los últimos años han entrado más de cien mil millones de dólares. Pero la fuga de capitales por esos conceptos que acabo de decir es más o menos de cien mil millones de dólares, o sea que todo el dinero que entra sale como fuga de capitales. Es un problema estructural muy fuerte y la Argentina necesita que todo aquel que que esté dispuesto a prestarle, le preste, pero lo que están haciendo los que prestan es favorecer la salida de capitales. Esos préstamos no tienen destino en desarrollo de infraestructura o en desarrollos productivos del área energética o de comunicaciones, tal como se plantea cuando se definen sectores estratégicos, aun para la política del gobierno.

-La última gran intervención conocida del FMI en el mundo ha sido en Grecia…
-Exacto, un desastre. La intervención del fondo no ha resuelto ninguno de los problemas sociales, económicos y productivos de Grecia. Lo que ha agravado son las condiciones del ajuste y de la reestructuración regresiva de la sociedad griega. No hay un solo lugar que pueda mostrarse en la historia del FMI que estas intervenciones hayan resuelto algún problema de la sociedad. El fondo solo sirve para que un cuerpo de funcionarios ganen cifras monumentales. La capacidad de préstamos del fondo está muy disminuida, los países receptores de préstamos son muy pocos y son países no determinantes en la evolución de la economía mundial. El préstamos que se está discutiendo para la Argentina, si fuera en los términos que se mencionaron, sería el mayor préstamo del FMI en la coyuntura. El fondo ya ha cumplido la mayoría de edad, no tiene sentido en el esquema de funcionamiento del sistema financiero mundial, y no contribuye a resolver los problemas de la economía mundial. Los que intervienen son la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Europeo, el Banco Popular de China, digamos que los bancos centrales nacionales son los que hoy están interviniendo, sosteniendo las posiciones de sus países que son los que han afrontado la crisis 2008 para acá. Y el FMI no ha contribuido absolutamente en nada en resolver los problemas de la economía mundial, muchos menos los problemas de los pueblos o la sociedad.

-¿Hay algún punto de coincidencia entre lo que ocurrió en la crisis griega y la situación actual en nuestro país?
-Claro que tiene que ver, tiene que ver Grecia y y tiene que ver incluso el pago anticipado al FMI que hizo Argentina, Brasil y Turquía, allá en 2006, que le quitaron función al FMI. El fondo se quedo sin países en los cuales colocar sus fondos y generar un spread, una diferencia de ingresos para solventar el balance del propio fondo. La presión por una nueva arquitectura financiera en el mundo existe y por eso episodios como el de Argentina o Grecia siguen teniendo la misma base material. La crisis de 2007-2008 empezó como crisis hipotecaria de los Estados Unidos. Argentina el viernes pasado aprobó una nueva ley de mercados de capitales, que tiene el nombre de Estímulo a la Inversión Productiva y en realidad el principal dato de que se aprueba es la posibilidad que tendrán los bancos de securitización de sus carteras hipotecarias. Si Estados Unidos, entre la crisis de 2001 y la de 2007 generó instrumentos financieros basados en hipotecas que no eran pagadas por los deudores, imaginemos lo que puede pasar en la Argentina, donde los créditos hipotecarios son indexados según la evolución de la inflación o la cotización del dolar. Todos los medios especializados a nivel internacional están hablando de que podría desatarse una crisis que haga estallar la burbuja inmobiliaria.

-¿Cuáles cree que son las condiciones que puede llegar a plantear el FMI?
-Bajar el déficit fiscal, pero mucho más acelerado. El gobierno ha bajado a 2,7 por ciento el déficit fiscal, y yo creo que el fondo monetario va a tratar de que sea mucho más drástica la reducción. Y después va a presionar con las reformas estructurales: la previsional es una, pero más importante todavía es la reforma laboral. Sobre todo en la Argentina, que es uno de los países del mundo con mayor peso de la organización sindical y por lo tanto, inducir una mayor flexibilización de la fuerza de trabajo para reducir el costo de producción, el costo laboral en ese marco.