Amaral es considerada uno de las mayores artistas brasileños del siglo XX, y la exposición seguirá su recorrido desde su infancia en el campo en São Paulo y sus estudios de arte en París hasta su regreso a Brasil donde asentó su estilo de “líneas sintéticas y volúmenes sensuales para representar paisajes y escenas vernáculas en una rica paleta de colores”, dijo el MoMA en un comunicado.
La exposición “Tarsila do Amaral: Inventing Modern Art in Brazil”, dedicada a una figura fundamental de la historia del modernismo en América Latina, y que incluye en préstamo una obra perteneciente al acervo del Malba, abre sus puertas el próximo 11 de febrero en el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York.
Se trata de la primera exposición en los Estados Unidos dedicada exclusivamente a esta artista brasileña, que se centrará en su producción de los años 20, hasta sus emblemáticas pinturas modernistas producidas en Brasil, de 1930, informaron desde el MoMa a través de un comunicado.
La muestra, que permanecerá hasta el 3 de junio en la institución estadounidense, reunirá 120 obras de arte, incluyendo pinturas, dibujos, cuadernos de bocetos, fotografías y otros documentos históricos extraídos de colecciones de América Latina, Europa y los Estados Unidos.
Nacida en la ciudad de San Pablo, Tarsila do Amaral (1886-1973) estudió piano, escultura y dibujo antes de partir a París en 1920, donde estudió con André Lhote, Albert Gleizes y Fernand Léger. La artista es reconocida por su estilo pictórico de líneas sintéticas y volúmenes sensuales que representan paisajes y escenas vernáculas en una paleta de colores ricos.
La exposición en Nueva York sigue sus viajes entre Francia y Brasil, a través de Río de Janeiro y Minas Gerais, trazando su participación en una comunidad artística cada vez más internacional, y explora además su papel en el surgimiento del modernismo en Brasil.
En 1928, Tarsila pintó “Abaporu” -perteneciente a la colección del Malba de Argentina-, que rápidamente generó el Manifiesto Antropófago, y se convirtió en el emblema del modernismo brasileño que buscaba digerir las influencias extranjeras y producir un arte para y del propio Brasil.
Según explican desde el Malba, esta pintura, cuyo nombre proviene de la lengua tupí-guaraní, simboliza las ideas del Movimiento Antropofágico, que buscaba “deglutir” la cultura europea imperante y generar obras de vanguardia que incorporaran la rica historia indígena del país.
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(Con información de Télam)