Más de 80 mil personas visitaron a lo largo de cinco días la 27ma. edición de la feria ArteBA, que cerró sus puertas ayer en La Rural con un balance “muy positivo” a nivel ventas, especialmente de obras de artistas argentinos, muchas de ellas adquiridas por museos internacionales, informó Julia Converti, gerenta general de la feria.
“Hubo más de 80 mil visitantes, con un público muy sostenido todos los días de feria y el balance a nivel ventas es muy positivo. Hay galerías que tuvieron que recambiar su stand. Muchos artistas argentinos ingresaron a las colecciones de museos extranjeros. Si bien fue una edición bastante inesperada, yo tenía suma confianza. El arte argentino es una de las pocas cosas que no se devalúa en la Argentina”, dijo Converti según consignó Télam, en relación al balance de esta edición de la feria.
El MOLAA (Museum of Latin American Art) de Long Beach, Estados Unidos, adquirió un dibujo de Matías Duville de galería Barro, mientras que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), que dirige el argentino Ferran Bareblit, sumó a su colección tres obras de Magdalena Jitrik de la galería Luis Strina, informaron desde el área de comunicación de la feria.
En el marco del Programa de Adquisiciones de Museos Internacionales, que organiza la feria, y en donde las transacciones realizadas rondaron entre los 10.000 y los 40.000 dólares -según explicó Converti-, también el MALI (Museo de Arte de Lima) seleccionó una obra de Marta Minujín, un acrílico sobre tela de la “Serie erótica”, en galería Henrique Faria.
Además, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid incorporó a su acervo obras de Mariela Scafati y Amalia Pica, mientras que el LACMA de Los Ángeles adquirió la pieza de Eduardo Navarro “Letters to earth” (en la galería Nara Roesler de Brasil), una instalación de cien nueces de bronce que en su interior contienen nueces reales.
Los museos locales también hicieron sus compras en la feria y mientras que el MALBA sumó a su colección tres fotografías del artista Leandro Katz de la serie “El proyecto Catherwood”, en la galería Henrique Faria y una fotografía de la serie “Pista de baile” de la mexicana Teresa Margolles, el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires – Fundación Aldo Rubino adquirió obras de Luis Wells (galería Maman), de Martina Quesada (galería Revolver) y Pablo Accinelli en galería Luisa Strina.
El Muntref adquirió una serie de ocho óleos sobre tela del artista Carlos Huffman (galería Ruth Benzacar) y por su parte, el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan decidió incorporar a su colección una obra de Elba Bairon.
También, el rosarino Museo Castagnino+macro adquirió una instalación de Nina Kovensky en la galería el Gran Vidrio de Córdoba y una pieza de Juan Pablo Renzi (Henrique Faría).
Asimismo, el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil sumó una pintura de Carolina Antoniadis (galería Diego Obligado de Rosario); y el Museo de Arte Contemporáneo de Salta, adquirió obras de Agustín Sirai (Miranda Bosch) y de la dupla Chiachio & Giannone (Ruth Benzacar).
Obras de los artistas Nora Iniesta y Juan Andrés Videla se sumaron al Museo de Arte Contemporáneo del Sur de Lanús, mientras que piezas de Abel Rodríguez y Silvana Pestana pasaron al acervo del Museo Lucy Mattos, de San Isidro.
En el marco del Programa de Adquisiciones de empresas, La Rural incorporó a su colección trabajos de Malena Pizani, Gilda Picabea, Ana Clara Soler y Federico Lanzi, mientras que Madero Harbour seleccionó dos obras de Cynthia Cohen y el Hotel Meliá Recoleta Plaza adquirió videos de Lia Chaia en Galería Vermelho, de Brasil.
“Varias galerías extranjeras que participaron este año trajeron obra de artistas argentinos y creo que eso es una señal. La feria estuvo marcada por lo local. A su vez, hubo una diversidad muy grande y eso tuvo muy buen eco”, sostuvo Converti.
Como novedad, este año la feria incorporó el flamante sector arteBA Niños, que en palabras de Converti “era una deuda pendiente y fue un acierto absoluto”. Allí, el artista Luis Felipe Noé pintó un mural junto a los más pequeños y el stand, una pequeña ciudad en blanco, fue intervenida por los chicos con el correr de los días.
Otra incorporación de esta edición fue el sector Stage, un espacio destinado a nueve galerías jóvenes, con menos de cinco años de apertura y que representen artistas jóvenes, “un súper acierto porque es una generación de galerías que hay que señalar y éste es el punto de inflexión para su crecimiento”, concluyó la gerenta general de la feria.
(Télam)