En la Universidad de las Artes de Londres, la ciudad que el mítico cineasta Stanley Kubrick amaba, ha sido el epicentro de un sorprendente hallazgo. Los archivos que el mítico cineasta tenía en aquella casa de estudios han dado a la luz tres guiones inéditos e incompletos en los que el director trabajó en los años cincuenta.
En los tres fragmentos puede notarse una de las obsesiones del cineasta -tantas veces retratadas en sus películas- como son los problemas que aquejan la vida matrimonial.
El matrimonio, los celos y la infidelidad son los tres temas centrales que se abordan en estos guiones. Estos trabajos coinciden con su turbulenta relación con la actriz y bailarina Ruth Sobotka, su segunda esposa. Sobotka y Kubrick estuvieron casados por un breve período de tiempo, entre 1955 y 1957; las fechas coinciden con el reciente hallazgo de los tres guiones mecanografiados.
El más extenso de los tres manuscritos hallados es “The Married Man” -“El hombre casado”- con más de 35 páginas mecanografiadas y anotaciones a mano. Los otros dos guiones hallados son muy breves: “Jealousy” -“Celos”- y “The perfect marriage” -“El matrimonio perfecto”-, son tan sólo los primeros esbozos de dos proyectos.
“El matrimonio es como una larga comida cuyo postre se sirve al principio”, sentencia Kubrick al comienzo de The Married Man. “¿Puedes imaginar el horror de vivir con una mujer que se aferra a ti como una ventosa y cuya vida entera gira en torno a ti, mañana, tarde y noche? Es como ahogarse en un mar de plumas. Y hundirse más y más en las suaves y sofocantes profundidades de la costumbre y la familiaridad. Si tan solo ella se decidiera a combatirlo. Enfadarse, o ponerse celosa, aunque solo fuera por una vez”, continúa el manuscrito encontrado.
Según palabras de Nathan Abrams, recogidas por el diario El país, se trata de “tratamientos de guión, ideas en desarrollo“. “Estos tres proyectos están unidos por las reflexiones sobre la naturaleza del matrimonio, los celos, el adulterio y la infidelidad. Temas, al fin y al cabo, que empapan toda la filmografía de Kubrick“, continúa el experto.
Abrams ya había sido partícipe de un hallazgo similar el año pasado cuando en el mismo archivo se descubriera una incipiente adaptación de la novela “Ardiente secreto” de Stefan Zweig.
“Estos descubrimientos nos dicen que Kubrick estaba trabajando en más ideas de lo que sabíamos. Si se suman a ello “Atraco perfecto” (1956) o “Ardiente secreto”, nos damos cuenta de que le interesaba hacer películas sobre estos asuntos todavía más de lo que creíamos”, sentencia el investigador.