El Museo de Arte Moderno innaugurará la muestra “Archivo Aldo sessa 1958 – 2018: 60 años de fotografías” con más de 700 obras del fotografó y pintor, en su gran mayoría inéditas, seleccionadas entre unas 800.000 unidades
“Esta importante exposición, curada por Victoria Noorthoorn en colaboración con el equipo del Museo, se propone mostrar la singular mirada de Aldo Sessa sobre el mundo” indican desde la organización.
En vínculo entre el artista y sus autoridades se remontan a su fundación: Rafael Squirru, fundador y primer director del Museo, escribió el prólogo del catálogo de su primera exposición en la Galería Bonino; Hugo Parpagnoli, su sucesor, adquirió varias obras para la Colección del Museo y Guillermo Whitelow, su tercer director, organizó en 1976 una importante exposición de su pintura en la antigua sede del Museo en el Teatro San Martín.
“Estoy descubriendo un fotógrafo que desconocía” expresó el mismo Sessa, durante las jornadas de selección de los ejemplares que serán expuestos en la retrospectiva que recorre casi 60 años de producción sostenida e incansable por parte del artista.
Con una suerte de inocencia y frescura, la mirada de Sessa sobre su propia trayectoria está cargada de anécdotas cuyas experiencias el fotógrafo capitalizo muy bien: “cuando Bradbury me escribió un poema, hace ya treinta años, él hablaba de la multiplicidad de manos y cantidad de ojos que tiene un fotógrafo porque ve probablemente cien veces más que una persona que no está entrenada” expresó en diálogo con Télam, al tiempo que develó la influencia de esta fragmentación descrita por en el poema de Bradbury: “quise experimentar y me retraté en la parte cóncava de una cuchara, lo cual me pareció divertido; y en un plato, donde la imagen aparece deformada, pero no por el photoshop. Y con esta idea de experimentar, en Nueva York usé un camión de acero para fotografiar las deformaciones del Empire State que se reflejaban en el camión, sobre una superficie ondulada de acero, donde cada centímetro del edificio aparece distorsionado”.
En la profesión de la fotografía, que tiene mucho de oficio y experimentación, el tiempo es fugaz. Imágenes, poses y gestos pueden ser las disparadoras para una imagen que puede variar o cambiar completamente en un segundo, por eso Sessa está siempre listo, como anuncia en su página web: “Yo siempre trato de tener mi cámara lista, si cambia la luz, corrijo el diafragma, aunque no haya encontrado qué fotografiar”.