Michel Houellebecq es poeta, ensayista y novelista y también, un gran polemista. Por eso su última obra de ficción, Serotonina, es esperada con una ansiedad atípica en estos tiempos.
En sus anteriores obras, como Sumision (2015), abordó la “islamización” en Europa y sus críticos lo trataron de racista y xenófobo. Pero su pelea con el Islam venía de antes y hasta llegó a ser enjuiciado tras declarar en contra de esta religión. Finalmente, fue absuelto de todos los cargos. Este historial y su “incorrección política” presente en sus textos crean el caldo para que su próxima novela sea anunciada con bombos y platillos.
Serotonina saldrá a la venta en enero (el 9 de enero en España). La editorial dio un adelanto de la historia. El personaje principal se llama Florent-Claude Labrouste, tiene 46 años, y convive con los síntomas adversos del antidepresivo que toma.
“Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pornográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación”, adelanta Anagrama, sobre el libro que tendrá 288 páginas.
Todo entra en crisis cuando Florent-Claude descubre unos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa. Esto será el desencadenante de su abandono del trabajo y de su casa, y comienza a deambular por la ciudad. “También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético.” Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Esta amistad le dará un conocimiento nuevo e inquietante: el manejo de un fusil.
“Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible”, describe Anagrama.