De las dos películas que Ridley Scott estrenó el año pasado, sin duda fue La Casa Gucci la que acaparó más titulares. Además le fue en taquilla considerablemente mejor que The Last Duel (uno de los grandes batacazos de 2021), pero en lo que ahora nos vamos a enfocar es en los múltiples elementos que llamaron la atención del público: desde la esforzada interpretación de Lady Gaga al extrañísimo tono de la película, pasando por la furibunda reacción que causó entre quienes estuvieron involucrados directa o indirectamente en los acontecimientos que narra. Y luego está Jared Leto.
El responsable de dar vida al Joker en El escuadrón suicida nos tiene acostumbrados a actuaciones que parecen requerir de un comportamiento quebradizo en el set, pero con La Casa Gucci alcanzó nuevos niveles de extravagancia. Su caracterización como Paolo Gucci era excéntrica hasta el extremo de apenas parecerse al verdadero Paolo Gucci, y la sobreactuación consiguiente fue ampliamente debatida. Lo que no quita que la opción de ganar un Oscar a Mejor actor de reparto (repitiendo la victoria de Dallas Buyers Club en 2013) sea perceptible, y ya le esté llevando a entrevistarse con los medios. El último, The Jess Cagle Show, donde reflexionó sobre su trabajo en La Casa Gucci.
También se deshizo en elogios hacia Al Pacino, que en el film de Scott interpreta a su padre Aldo Gucci. Su tensa relación es vital para el argumento de La Casa Gucci, pero Leto cree que daría incluso para otra película: una precuela de la que ya baraja título. “Me encantaría hacer una precuela de La Casa Gucci. Just the Two of Us, podríamos titularla”, afirma Leto, que considera a su compañero de reparto “uno de los mejores actores del mundo”. Durante el encuentro también refirió cómo fue la primera vez que Pacino le vio con ese look en el set, con su sobrepeso y sus capas y capas de maquillaje.
“El primer día de rodaje no sabía que era yo, así que me acerqué a él y le dije, ya sabes, ‘hola’. Y no me hizo caso. Pensó que era un bicho raro italiano que intentaba hablar con él o conseguir su autógrafo o algo así”, cuenta. “Me acerqué a él dos o tres veces y finalmente alguien le susurró ‘Ese es Paolo, el que está ahí abajo es Jared’. Y él dijo ‘mi hijo, mi hijo’, y se quedó duro. Estaba asombrado”. Que Pacino no le reconociera fue para Leto una señal de que había conseguido metamorfosearse con el personaje, y cree que esto le dio una gran confianza al equipo. “Si Al puede creer en este tipo, todos podemos”, sintetizó.
Las críticas de La Casa Gucci son irregulares, pero su éxito en taquilla paralelamente a su posible presencia en los Oscar podrían facilitar la coyuntura que busca Leto, dando pie a una película que indague en la relación de Aldo y Paolo Gucci. ¿Estará Pacino dispuesto?