l guitarrista norteamericano Bill Frisell dio inicio anoche a la temporada verano del CCK con un notable concierto que ofreció junto a su trío en la sala Sinfónica, en el que sobre el amplio territorio del jazz y la improvisación desplegó los personales paisajes de su acercamiento a la música, que con eje en las posibilidades melódicas de la canción abarcan del country, al rhythim and blues, el folk y el rock progresivo.
Dos estupendos músicos, Tony Scherr en bajo y Keny Wollesen en batería, con los que viene tocando desde hace 20 años, acompañaron anoche a Frisell en su aventura musical y juntos exploraron distintas posibilidades de la canción sobre temas propios o populares en un delicado registro de contrapuntos y armonías que fue bordeando las canciones de un modo sutil y amable, desplegando las inifinitas capas o materias que podían ser halladas y que los músicos iban encontrando en un juego de libertad improvisativa que siempre los mostró cómodos y distendidos.
Las progresiones armónicas de Frisell y su juego con los pedales, las distorsiones y los delays, que aportan climas nuevos e impensados a los registros; la ductilidad y sobriedad del bajo para estar sosteniendo la melodía o reafirmando el beat, según el juego que entable con la guitarra, y el endiablado swing de una batería, que sola se carga toda la intención del tema y propone la malla sobre la cual todo el resto se construye, fueron la base creativa de un trío que se conoce de sobra y expresa sobre el escenario una música maravillosa que está siendo creada al instante, en casos sobre canciones archiconocidas como “In My Life”, de Los Beatles o “Masters of War” de Bob Dylan.
Con saco escocés y camisa y pantalón negro, Frisell con sus músicos pisaron el bonito escenario de la sala Sinfónica a las 20.05 para dar comienzo al concierto con “1968”, una delicada composición del guitarrista nacido en Baltimore hace 65 años, sostenida sobre la combustión lenta de la batería y regada de entonaciones folk y espaciales en la guitarra de Frisell, caminada con suavidad por el bajo eléctrico de Scherr.
(Télam)