Gregory Maguire escribió Wicked: Memorias de una bruja mala partiendo de un twist muy ingenioso, pero del que difícilmente imaginaba todo el rédito que iba a dar: revisar El mago de Oz, de L. Frank Baum, desde el punto de vista de la Bruja Mala. De este modo asistiríamos a una trágica historia de enemistad entre hermanas (Glinda la Bruja Buena y Elphaba la Bruja Mala) que le añadía profundidad al viaje de Dorothy, y que terminó llegando a Broadway convertido en uno de sus espectáculos más lucrativos. Desde 2003 Wicked ha arrasado en los escenarios, de modo que no tardarían en llegar los esfuerzos de Hollywood por llevarlo al cine. Algo que costó y dejó a múltiples directores en el camino: de James Mangold a Stephen Daldry, pasando por J.J. Abrams.
Quien finalmente dirigirá Wicked será Jon M. Chu, que al margen del exitazo de Crazy Rich Asians abordó el musical en Step Up 3D o En el barrio. Toca ahora concretar el reparto, y Variety se hace eco de una gran exclusiva: el proyecto está tanteando a Jeff Goldblum para uno de los personajes principales. El actor de La mosca y Jurassic Park se encuentra en conversaciones finales para interpretar a nada menos que el Mago de Oz en Wicked. De confirmarse, el elenco de la obra de Chu se conformaría por Ariana Grande como Glinda, Cynthia Erivo como Elphaba y Jonathan Bailey (Bridgerton) como Fiyero. La idea de Chu, por otra parte, es dividir la historia en dos películas para tener más tiempo de narrar y de detenerse en las canciones.
“Quisimos darnos un lienzo más grande y hacer no solo una película de Wicked, ¡sino dos! Con más espacio podremos contar la historia de Wicked tal y como debía ser contada, a la vez que aportamos más profundidad y sorpresa al viaje de estos queridos personajes”, declaró el director.
De este modo Universal Pictures planea estrenar la primera parte de Wicked en las Navidades de 2024, para hacer lo propio con la segunda parte en las Navidades de 2025. Supondría una de las primeras veces que un musical llegado de Broadway experimenta este tratamiento, y la idea parece nacer de la certeza en que el público conectará con los personajes lo suficiente como para pasar dos veces por el cine. Con Goldblum a bordo, hay más probabilidades de que ocurra.