El canciller jordano, Ayman Safadi, advirtió hoy a su homólogo estadounidense, Rex Tillerson, que el reconocimiento, por parte de Estados Unidos, de Jerusalén como ciudad capital de Israel, puede acarrear “repercusiones peligrosas” en la región.
“Cualquier decisión que reconozca Jerusalén como la capital de Israel acarreará repercusiones peligrosas debido a la alta estima que de Jerusalén tienen no solo los palestinos y los jordanos, sino también el mundo árabe y el musulmán”, dijo Safadi, citado por la agencia oficial jordana Petra.
De este modo, el ministro jordano trasladó al secretario de Estado norteamericano la necesidad de preservar el estatus histórico y legal de Jerusalén y “evitar tomar cualquier decisión que podría cambiar dicho estatus”, según informó la agencia de noticias EFE.
Para Safadi, que se comunicó telefónicamente con Tillerson, un paso así “afectaría negativamente a los esfuerzos de Estados Unidos de lograr la paz entre los palestinos y los israelíes y provocaría una mayor tensión en la región”.
La conversación entre ambos ministros se produce después de que el pasado 1 de diciembre varios medios estadounidenses informaran que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sopesa reconocer Jerusalén como capital de Israel, un gesto que la mayoría de la comunidad internacional rechaza.
Según Petra, el jefe de la diplomacia jordana se dirigió a la Liga Árabe y a la Organización para la Cooperación Islámica para pedir que los cancilleres de los países de ambas organizaciones mantengan contactos para discutir una posible respuesta en caso de que Washington finalmente reconozca Jerusalén como la capital israelí.
La comunidad internacional no reconoce a Jerusalén como capital de Israel porque considera que el estatus final de la ciudad debe establecerse en las negociaciones de paz del Estado judío con los palestinos.
Éstos quieren que la parte este de la urbe ocupada por Israel en 1967 y anexionada después, sea la capital de un futuro Estado palestino, pero los israelíes reclaman toda la ciudad. El reconocimiento estadounidense de la “Ciudad Santa” como capital israelí se inscribe en una serie de gestos de la administración Trump hacia su principal aliado en Medio Oriente, entre los que también se cuenta el traslado de la embajada de Estados Unidos -actualmente en Tel Aviv- hacia Jerusalén.
En tanto, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) amenazó la semana pasada con “reavivar la intifada” si Washington finalmente reconoce a Jerusalén o si traslada la embajada. “No permitiremos este complot, les advertimos contra cualquier decisión en ese sentido y llamamos a nuestro pueblo a reavivar la intifada -rebelión de los palestinos contra Israel- si se toman decisiones injustas respecto a Israel”, aseguró Hamas en un comunicado.
“Jerusalén seguirá siendo árabe y palestina, sean cuales sean las decisiones tomadas” sobre la ciudad santa, añadió el movimiento islamista, incluido en la lista de organizaciones “”terroristas” de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Paralelamente, el portavoz del presidente palestino Mahmud Abbas dijo que un reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel “destruiría el proceso de paz” israelí-palestino.
(Télam)