El ex ministro de Planificación Federal del kirchnerismo Julio De Vido pasó su primer día preso sometiéndose a estudios médicos y psicológicos en el Hospital de la cárcel de Ezeiza, con vistas a que se defina cuál será el penal donde quede alojado, mientras su defensa negó que vaya a pedir “ahora” el beneficio del arresto domiciliario.
“Trascendió lo de la domiciliaria pero por ahora no hemos pedido nada. Lo único que le avisamos al juez es que es insulinodependiente y de modo intenso. Es una persona que tiene que autoinyectarse entre dos y hasta siete u ocho veces por día. Y eso no tiene horarios fijos. Le avisamos al juez que no le saquen esa insulina. De hecho, llevó insulina para unos 10 días”, reveló el abogado Maximiliano Rusconi.
En declaraciones a varias radios, Rusconi -quien en la tarde/noche de este jueves fue al penal de Ezeiza a ver a su cliente- señaló que no le “sorprende que esté deprimido porque, a mi juicio, es víctima de un conjunto de decisiones alejadas del estado de Derecho”.
“Lo que corresponde es que quien está sindicado por un delito, pueda defenderse. Y en todo caso, si hay elementos, que se lleve ese caso a un juicio oral y se emita una decisión de condena. Ahí sí, eso es lo que habilita la imposición de una pena. En Argentina lo que está siendo aplaudido es un espanto, es la aplicación de penas sin juicio previo”, añadió.
Por lo pronto, su defensa fracasó en su estrategia de apartar al fiscal Carlos Stornelli, que había sido quien motorizó el primer pedido de desafuero y detención de De Vido en la causa por la malversación de fondos en la causa por la reactivación de la mina de Río Turbio.
El juez Luis Rodríguez rechazó los argumentos de la defensa reclamando apartar al fiscal por supuesto incumplimiento del criterio de “imparcialidad y objetividad que debían garantizar su función” como representante del Ministerio Público.
“La cuestión a resolver se circunscribe a determinar si la postura asumida por el Dr. Stornelli en este proceso penal revela una pérdida de objetividad o genera un fundado temor en los imputados, puntualmente en este momento en Julio Miguel De Vido. A diferencia de lo sostenido por los letrados recusantes, entiendo a la fecha que no es posible arribar a esa conclusión”, dijo el juez.
Mientras, De Vido era sometido a estudios médicos en el penal de Ezeiza, donde se encuentra detenido tras ser desaforado de la Cámara de Diputados acusado por presuntos delitos de corrupción.
Según el parte médico realizado en el Hospital Central Penitenciario I (HCP), ubicado en esa cárcel, estaba previsto realizarle a De Vido una ecografía abdominal, ecocardiograma, y ecodoppler de vasos del cuello.
Además, se deberán hacer las interconsultas en cardiología, diabetología y nutrición, precisó el informe sanitario que trascendió en las últimas horas a la prensa.
De Vido, de 67 años, ingresó ayer a las 19.45 al HCP 1, donde manifestó como “antecedentes de importancia: diabetes insulino requirente, taquicardia, asma crónica y coronariopatía no quirúrgica”.
Tras detallar una serie de medicación que toma De Vido habitualmente, en el parte se precisó que el miércoles el ex ministro de Planificación “al ingreso deambula por sus medios y sin dificultad, lúcido, afebril, no foco neurológico, no signos meníngeos, hemodinamicamente estable, y buena entrada de aire bilateral”.
“No presenta patología aguda al momento del examen clínico, laboratorio dentro de límites normales”, según se comprobó en los primeros exámenes realizados en el hospital carcelario.