La CGT ratificó el paro nacional del 25 de septiembre

En medio de la interna de la CGT, el triunvirato confirmó en una reunión de Consejo Directivo el paro general del próximo martes, mientras que Hugo Moyano encabezó en simultáneo un acto en Ferro de los dirigentes de la central obrera más críticos del Gobierno, donde ratificó su adhesión a la medida de fuerza.

Dos de los triunviros de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, brindaron una conferencia de prensa en la sede de Azopardo minutos después de que finalizara una reunión de Consejo Directivo en la que se confirmó la convocatoria a la huelga de este martes, la cuarta durante la gestión de Mauricio Macri.

El paro es para que este Gobierno escuche a los trabajadores y rectifique las políticas económicas que nos trajeron hasta acá“, sostuvo Daer ante los periodistas.A su vez, el referente del gremio de Sanidad confirmó que no habrá transporte público durante la medida de fuerza: “Son trabajadores al igual que el resto y están adheridos al paro. No habrá colectivos, trenes ni subtes, porque los trabajadores también quieren hacer su reclamo”, señaló.

Por su parte, Hugo y Pablo Moyano encabezaron a la misma hora el lanzamiento formal del Frente Sindical Para el Modelo Nacional, el grupo de dirigentes y sindicatos de la CGT más críticos del macrismo (Camioneros, Bancarios, SMATA, Pilotos), donde lanzaron duros discursos contra el Gobierno y también críticas al triunvirato de la CGT y sus sectores más moderados.

En un documento consensuado, estos dirigentes -que no forman parte de la conducción de la CGT- confirmaron su adhesión al paro general que lanzó la central obrera y también adelantaron la próxima protestas que harán tras esa medida de fuerza: una marcha a la Basílica de Luján el 20 de octubre.

Si bien, tanto en la sede de Azopardo como en Ferro hubo varias coincidencias en las críticas a las políticas del Gobierno, estos sectores no acuerdan en torno a los pasos a seguir, ya que los “combativos” reclaman un “plan de lucha” con mayor cantidad de marchas y huelgas, mientras que los moderados no quieren dinamitar todos los puentes con la Casa Rosada ni ir hacia un conflicto abierto.