¿Una película sobre el origen de unos Cheetos? Como se sabe, en la industria de Hollywood cualquier idea o anécdota es susceptible de llevarse a la pantalla, y más si lo chocante se combina con lo inspirador de la sorprendente superación de obstáculos y del crecimiento personal y profesional. Star+ ha estrenado Flamin’ Hot. La historia de los Cheetos picantes, inspirada en una biografía llamativa y con el atractivo extra de que supone el debut como directora de Eva Longoria.
El filme, disponible en la plataforma desde el pasado mes de junio, se suma a la tendencia que señalan obras recientes como Air o Tetris, la de mostrar las vivencias, ocurrencias, procesos detrás de grandes éxitos comerciales de partida vistos como una locura y de resaltar la épica emprendedora al respecto. En esencia no deja de ser una modulación de la clásica y anhelada consecución del sueño americano, con lo que dice además de la empresa y del capitalismo.
En el caso de Flamin’ Hot el componente se reviste del significado de que el salto lo da un miembro de la comunidad hispana que trasciende la realidad laboral y socioeconómica a la que parecía destinado por los condicionantes existentes. Por la importancia de la representación latina y por los discursos que podían canalizarse, desde luego el tema, el retrato del protagonista y su perseverancia resultaban muy tentadores para hacer una película.
Richard Montañez, de conserje a ejecutivo
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia da a conocer la vida y la idea que tuvo Richard Montañez a finales de los 80. De origen mexicano, sin estudios y con un pasado definido por las dificultades y los errores, trabajaba como conserje en la fábrica de la compañía Frito-Lay en Rancho Cucamonga (California) cuando se le ocurrió añadir picante al aperitivo frito, invención que propició que pasara a ostentar un puesto ejecutivo. La creación supuso que la marca tuviera en consideración los gustos de los consumidores hispanos.
El momento culmen, el que marcó su inflexión profesional, fue la presentación que consiguió realizar ante altos cargos de Frito-Lay y PepsiCo (la matriz). Antes afrontó un arduo camino con complicaciones como la discriminación y las ‘puñaladas’ por la espalda (intento de sabotaje incluido), por no hablar de las pruebas en casa para conseguir el sabor y el toque de picante perfectos.
La inspiración le brotó a raíz de que añadiera la salsa de chile de su esposa a unos Cheetos convencionales. El filme avanza que la idea le empieza a rondar mientras toma algo con sus hijos en el parque y comprueba que el gusto por el picante ‘siempre ha estado ahí’.
El filme, producido por Searchlight Pictures, se basa en la vida de Montañez y de Judy, su mujer, y en la novela personal A boy, a burrito and a cookie. Montañez publicó en 2021 un segundo libro de memorias, Flamin’ Hot, referente de nuevo a “la increíble historia real de un hombre que ascendió de conserje a ejecutivo”.
La polémica detrás de los Cheetos picantes
Montañez adquirió popularidad por su singular caso y por su carisma como conferenciante dando a conocer su experiencia vital y empresarial. Sin embargo, su figura no está exenta de sombras y polémicas. En 2021, antes de que saliera a la venta su segundo libro, y cuando ya se sabía que habían adquirido los derechos cinematográficos y que Eva Longoria iba a encargarse de la película, Los Angeles Times publicó un artículo desmitificando la implicación de Montañez en los Flamin’ Hot hasta el punto de manifestar que no era su inventor.
El mencionado medio recogía un comunicado de Frito-Lay e informaba de que dicha empresa había efectuado una investigación interna con antiguos empleados. “Ninguno de nuestros registros muestra que Richard estuviera involucrado de alguna manera en el mercado de prueba de Flamin’ Hot“, expuso la compañía.
“Valoramos las numerosas contribuciones de Richard a nuestra empresa, especialmente sus conocimientos sobre los consumidores hispanos, pero no le atribuimos la creación de Flamin’ Hot Cheetos ni de ningún producto Flamin’ Hot“, añadía Frito-Lay. En el artículo se comentaba que Montañez, que sí pasó de trabajador de planta a director dedicado a tareas de marketing, se había atribuido el mérito.
El aludido, como plasmó Variety en una información, recalcó que fue el “mejor embajador” de Frito-Lay y que por aquella época la empresa contaba con cinco divisiones por el país y que no sabía lo que hacían en los otros lugares, pero que eso no cambiaba su caso y su contribución. “Todo lo que tengo es mi historia, lo que hice en mi cocina”, expresó.
En ese marco de controversia, tras la respuesta de Montañez a lo publicado por Los Angeles Times, PepsiCo emitió un comunicado respaldando al gran protagonista:
“No tenemos motivos para dudar de las historias que comparte sobre tomar la iniciativa de crear nuevas ideas de productos para Cheetos y presentárselas a los líderes anteriores de PepsiCo“.
La declaración institucional apuntaba que entonces las distintas divisiones operaban de modo independiente, por lo que pudo darse el caso de que trabajaran en productos similares sin comunicarlo.
Eva Longoria, los Cheetos picantes y el reparto
La propuesta, de tono amable y con apuntes de humor, entraña una reivindicación latina que hacía idónea la participación de una figura como Eva Longoria. Para su primer trabajo en la dirección, la actriz de Amas de casa desesperadas ha contado con el poco conocido Jesse García para encarnar a Montañez. En su trayectoria aparecen roles secundarios en Madre, la película con Jennifer López para Netflix, y Ambulance, la creación de Michael Bay.
García, que participó de manera testimonial en Los Vengadores, está acompañado por Annie González (con trabajos episódicos en series como Shameless y American Horror Story), Dennis Haysbert (el presidente estadounidense en 24) y Tony Shalhoub, el genial investigador Monk y también protagonista de 13 fantasmas así como recordado secundario de Men in Black.