La Iglesia Católica aceptó el “reemplazo gradual” de los aportes que recibe del Estado. Se trata de 130 millones de pesos anuales, destinados a “asignaciones a los obispados y becas para seminaristas y parroquias de frontera”.
“Los obispos han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado (asignaciones a los Obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera), por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común”, indicó la Conferencia Episcopal Argentina, en un comunicado, tras la 116º asamblea plenaria.
El Episcopado, presidido por monseñor Oscar Ojea, informó que creó “una Comisión Episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia”.
La comisión trabajará “en la creación de un fondo solidario y la continuidad del diálogo con el Gobierno Nacional, consensuando diversas alternativas que facilitarán este reemplazo”.
La polémica por la separación del Estado y la Iglesia recrudeció este año, cuando en un informe de gestión del jefe de Gabinete, Marcos Peña, frente al Congreso le consultaron por los fondos destinados al culto católico.
La cifra se mantiene prácticamente sin modificaciones desde 2016. Según el Episcopado, el año pasado recaudó 44,4 millones de pesos en donaciones de fieles.