Desde septiembre, la inflación superó la meta de 17 por ciento que sostuvo el Banco Central hasta el noveno mes del año.
Las estimaciones privadas prevén que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumulará al final de 2017 un incremento de 23 por ciento.
Según el economista Fausto Spotorno, de la consultora Ferreres & Asociados, el la inflación de noviembre se ubicará entre 2,5 y 3 por ciento y para diciembre se espera una suba promedio de precios de 1,3 por ciento.
“Casi un punto de la inflación está explicada por los aumentos de tarifas. Sacando eso, la inflación núcleo está en 1,3 por ciento, lo que implica que está bajando muy poquitito, teniendo en cuenta que en el primer cuatrimestre, fue de 1,5 por ciento y en el segundo de 2 por ciento. La del tercer cuatrimestre será la más baja, pero no alcanza las metas”, advirtió Spotorno, en diálogo con Diario Vivo. “Es seguro que la inflación no está subiendo, pero si está bajando, es microscópico”, completó.
El economista advirtió que la suba de tarifas de gas y luz, anunciada la semana pasada por el ministro Juan José Aranguren, “va a generar un arrastre” en la inflación de enero “por el traslado de costos a precios”.
Spotorno anticipó que la suba generalizada de precios, combinada con una actualización salarial que quedó por debajo del 20 por ciento, impactará negativamente en el consumo. “Empieza a pegar en consumidor”, resumió.
El economista de Ferreres & Asociados estimó que en 2017 la inflación terminará en 23 por ciento y, en 2018, se ubicará en 17 por ciento. “Las paritarias van a estar por debajo del 20 por ciento”, consideró.
¿Por qué la inflación terminará alrededor de seis puntos arriba de lo previsto?
-Las metas eran un poco optimistas. Por ahí, se podía lograr esa meta pero a costa de una política muy restrictiva, en un año electoral. La política monetaria, que tendría que haber sido más restrictiva, ahora se puso en línea.
¿Le parece que la tasa de interés actual, marcada por el Banco Central en 28,75 por ciento, es correcta o va a resultar contractiva?
– Hoy en día, la tasa está bien. Si el Banco Central hubiera tenido una política más dura, no tendríamos esta inflación. Perdimos casi un año en que no se bajó la inflación.
¿En cuánto estima el crecimiento del año que viene?
-En 2018, se va a ubicar en 2,5 por ciento, no va a llegar al 3,5 por ciento que quiere el gobierno. Este va a ser un camino mucho más gradual de lo que esperaban. El crecimiento también es más gradual. Es una economía que se va a ir ajustando más gradualmente.
¿Qué medidas deberían tomarse para acelerar la marcha de la economía?
-Esta bien bajar los impuestos. Las reformas laboral, previsional y tributaria van en el camino correcto, el problema es que todas son muy gradualsitas, muy chicas y no se puede esperar un impacto importante. Estamos en un programa tan gradualista que el proceso y el resultado también es más gradual y lento. En definitiva, los cambios están bien apuntados, pero no son profundos y fuertes. Hay que ir por un camino de más desregulación. No obstante, lo bueno es que la economía va a crecer por segundo año consecutivos. El problema es que, para tomar decisiones de inversión, la presión tributaria es muy alta y la economía sigue estando excesivamente regulada.