Una muestra de arte que se propuso como una especie de experimento social en Japón se convirtió en una de las más efímeras de la historia: apenas diez minutos duró la exposición, luego de que el público se robara todas las obras.
Mientras el país mantiene bajo control la expansión del nuevo coronavirus, cientos de jóvenes llegaron hasta la puerta de una galería de Tokio en la que una muestra había adelantado que el público podría llevarse las obras. Tota Hasegawa, organizador de la exposicion, explicó: “Pensé que sería interesante que esto afecte las actitudes de artistas y espectadores”.
En declaraciones a la agencia AFP, Hasegawa señaló que la idea inicial era que la muestra se extendiera por diez días, pero la gran cantidad de público que llegó hasta el lugar -más de 200 personas que se avalanzaron sobre la galería- hizo que las obras duraran apenas 10 minutos exhibidas.
No quedó nada
Yusuke Hasada, de 26 años, mostró que logró apoderarse de un billete arrugado de 10.000 yenes (unos 83 euros, 93 dólares) enmarcado, que formaba parte de la instalación “My Money” (Mi dinero) del artista Gabin Ito.
Por su parte, Yuka Yamauchi, una ingeniera de 35 años, llegó para cuando ya quedaba poco por llevarse: apenas pudo quedarse con una pinza, probablememte utilizada para la instalación de las obras. “La encontré en el suelo, así que me la quedé de recuerdo”, contó.
Lo curioso es que parte del botín de los “ladrones” de la galería terminó en páginas webs de subastas. Incluso algunas de las obras aparecieron a la venta por 100.000 yenes (más de 800 euros, 900 dólares).
Si esta idea sirvió para transformar la relación entre el público y los artistas no quedó del todo claro. Lo que sí fue más evidente es que varios jóvenes tuvieron unos buenos minutos de diversión de una manera muy particular.