“Hasta el Hueso” (To the Bone) es la nueva producción que Netflix lanzó, escrita y dirigida por Marti Noxon y protagonizada por Lily Collins y Keanu Reeves. Plasma la lucha de una joven con anorexia. Ha generado una gran controversia, especialmente en lo que respecta a la curación del trastorno alimentario y el tratamiento de la comunidad médica.
Concienciar a la gente sobre los trastornos alimentarios y reducir la vergüenza y la estigmatización que sufren quienes buscan ayuda es algo fundamental. Es uno de los aspectos positivos de “Hasta los huesos”, incluso uno de los objetivos de la directora: ampliar el diálogo sobre los trastornos alimentarios y la búsqueda de tratamiento. Lily Collins – hija de Phil Collins y protagonista- expresó días después del estreno: “No creo que estemos iniciando la conversación (sobre la anorexia), pero la estamos haciendo más fuerte, lo cual es muy importante”.
Por otro lado, se puede establecer cierta diferenciación en relación a lo que es la temática de la película, que fue lo que despertó la polémica, y película en sí misma, con su producción y resultados. Por un lado están aquellos que deciden verle el lado positivo a la joven que sueña con brazos abarcables por los dedos de una mano a la que interpreta Lilly Collins. Pero están también los que abren peticiones de Change.org para exigir su retirada al considerar que frivolizan la enfermedad hasta límites peligrosos.
Ellen (Collins) es una joven de 20 años que padece anorexia. Su estado es frágil y demacrado. Al comienzo del filme es echada de una internación, de un “programa de tratamiento” por tener una actitud desafiante. Ella es artista, dibuja y en su cuenta de Tumblr expresa lo que siente, incluso sobre otras jóvenes anoréxicas. Una se quitó la vida supuestamente, por ella.
En casa no recibe el apoyo deseado. Ni su padre ausente ni la nueva pareja de él (Carrie Preston) la van a buscar para llevarla a su hogar. Sólo su hermanastra menor (Liana Liberato) semeja comprenderla. Si el entorno presente no parece darle contención, su madre (Lili Taylor) tampoco. “No podemos recibirte ahora”, le dice quien la dejó con su padre cuando tenía 13 para irse en pareja con Olive (Brooke Smith) a Phoenix, donde juntas dirigen una granja terapéutica.
Ellen inicia otra internación, ya con un médico que utiliza, digamos, métodos no convencionales, y al que Keanu Reeves le da ese tono de aparente despreocupación crónica con la que el actor de Máxima velocidad y Matrix nos tenía acostumbrados cuando era ya una estrella taquillera.
Su directora, Marti Noxon, quien también padeció trastornos alimenticios, puso las cartas sobre la mesa en una entrevista hace unos días: «Me pareció que este era un buen momento, que había una visión más auténtica de eso, algo que se sentía más genuino». No hay con qué comparar el enfoque que Noxon le da a la historia. Pero lo cierto es que, al menos, se ha atrevido a darle voz.
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