Pasada la medianoche, en una reunión extraordinaria, el Tribunal Superior Electoral de Brasil rechazó por seis votos contra uno la candidatura del detenido Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia para las elecciones del 7 de octubre, en la que aparece como amplio favorito en los sondeos. Los jueces consideraron que su presentación iba en contra de la legislación, que prohíbe que un condenado en segunda instancia se presente a un cargo electivo. El Partido de los Trabajadores (PT) anunció que resistirá la medida.
“Estamos ante una operación simple de aplicación de una ley clara que consagra inelegibilidad de alguien que ha sido condenado por un crimen contra la administración pública y lavado de dinero”, reumió el juez Luis Barroso, quien actuó como relator del caso. El Tribunal tampoco permitirá que se utilice la imagen de Lula en los espacios gratuitos de televisión que se conceden a los partidos políticos.
“Ante la violencia cometida por el Tribunal Superior Electoral contra los derechos de Lula y del pueblo que quieren elegirlo presidente, el PT seguirá luchando por todos los medios para garantizar su candidatura en las elecciones del 7 de octubre”, respondió el partido de Lula en un comunicado.
El fallo dio diez días al PT para designar a un nuevo postulante. El plan B a la candidatura de Lula era la postulación de su compañero de fórmula, el ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad, que en las encuestas no retiene ni de lejos la simpatías del ex presidente. Aunque en una ocasión Lula ya consiguió llevar a la presidencia a Dilma Rousseff, ahora habrá que ver si puede repetir la proeza desde su lugar de detención.