Diciembre de 2016 no fue cualquier mes para los familiares de las personas con Atrofia Muscular Espinal (AME), una enfermedad genética que afecta a los músculos, provoca una degeneración progresiva y puede llegar a ser mortal. Aquel fin de año, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos concedió el registro para la comercialización del único medicamento que detiene el avance de la enfermedad. Meses después, el fármaco se aprobó en Europa. Sin embargo, en nuestro país, el registro del medicamento no tiene avances y las familias denuncian que, mientras el trámite se demora, hay niños que pierden la vida por no haber accedido al tratamiento.
En nuestro país, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es el organismo encargado de aprobar el registro de fármacos. La tramitación del spinraza -el medicamento que reclaman las familias y pacientes con AME- comenzó en julio de 2017. Pero, según denuncian desde Familias AME Argentina, este trámite no presenta avances por falta de decisión política y por eso se manifestaron frente a la sede del Ministerio de Salud de la Nación.
“No existe otro medicamento para la enfermedad, que es altamente mortal. Y es un tratamiento permanente. La parte científica de la ANMAT lo considera aprobado. La dilación se debe a un solo motivo: es presupuestaria”, dice a Diario Vivo Héctor Uretti, fundador e integrante de Familias AME Argentina y papá de Lisandro, de 18 años, diagnosticado con AME.
El reclamo de las familias ya lleva un largo recorrido: sin resultados durante la gestión de Jorge Lemus al frente del Ministerio de Salud, esta mañana pidieron ser recibidos por su sucesor en la cartera, Adolfo Rubinstein. Uretti contó que una secretaria del funcionario les comunicó que en 20 días Rubinstein los recibirá y que en 30 días tendrían novedades sobre el registro que no sale de la ANMAT.
Sin embargo, mientras el tiempo pasa, la salud de las personas se deteriora. En Argentina, según la asociación de familias, hay 250 pacientes con esta patología. El principal síntoma de la enfermedad es el progresivo debilitamiento de los músculos y por eso suele verse afectada la capacidad de gatear, caminar, comer y respirar.
“15 chicos murieron en un año”, advierte Uretti. La enfermedad, en bebés que nacen con AME, es altamente mortal: el 55 por ciento de los casos mueren antes de cumplir los dos años. Sin embargo, un abordaje temprano es clave para la calidad de vida y para detener la progresión de la AME. “Es altamente probable que no desarrolle síntomas. Hay casos en Estados Unidos que recibieron la medicación al mes de nacido y están parados. Y la aplicación en adultos seguro detiene el avance de la enfermedad y trae mejoras funcionales”, detalla Uretti.
“Las obras sociales, como es caro (el medicamento) no lo quieren cubrir”, dice Uretti. Actualmente, hay 36 pacientes que acceden al fármaco importado, tras haber recurrido a la Justicia. El papá de Lisandro agrega que la presión de las prepagas impacta en las decisiones médicas, y por eso los profesionales no prescriben el fármaco.
Mientras el trámite permanece en la ANMAT, Uretti lamenta que “los chicos están perdiendo calidad de vida”. “Lo grave es la falta de atención. Lo que más nos quejamos es la inoperancia. No está operando el ministerio acorde a la salud de la gente”, indica el papá.
“Estamos dispuestos a sentarnos con el laboratorio para que baje el precio lo más posible, pero no se hace esa mesa porque no quieren asignar un peso del presupuesto”, enfatiza. Las familias prometen continuar con su lucha, a la espera de una negociación que le mejore la vida a sus 250 seres queridos.