El procesamiento entre abril y septiembre registró una caída de 4 millones de toneladas para ubicarse en 19,7 millones de toneladas, debido a la merma de 20 millones de toneladas en la producción de la pasada campaña por la sequía que afectó a gran parte de las zonas productivas del país, la peor cosecha en 9 años.
Otro de los factores que indica el informe fue “el hundimiento del precio de la soja y sus derivados” durante dichos meses, producto de “una mayor disponibilidad de la oleaginosa a nivel mundial”.
De esta manera, el aceite, que tuvo una caída del 15% en su producción durante el primer semestre de la campaña anterior, tuvo una baja de más de US$ 100 entre abril y septiembre hasta los US$ 650 por tonelada produjo que sea “más atractivo exportar el grano sin procesar, que transformarlo y exportar sus derivados, cuyo valor es relativamente menor”.
“Lo mencionado se encuentra relacionado a la eliminación del diferencial que existía en nuestro país entre los derechos a la exportación del poroto de soja y sus derivados”, indicaron desde la entidad bursátil.
“A su vez, la relación entre la soja y sus subproductos se acentúo por la guerra comercial de Estados Unidos y China, que provocó que el precio del poroto en Sudamérica fuera mayor al del mercado de Chicago, debido a la necesidad del país asiático de poroto para moler en su territorio”, agregaron.
Por su parte, la molienda de maíz mostró un incremento del 9,3% entre marzo y agosto de 2018 con respecto al mismo período del año anterior al alcanzar las 3.077.000 toneladas, mientras que la industrialización del trigo desde diciembre de 2017 a agosto de 2018 cayó 2,6% hasta los 4.141.800 toneladas.