Una vez más, las sagas de terror de bajo presupuesto se erigen como uno de los negocios más lucrativos de Hollywood. Hace más de una década, La noche del demonio (Insidious) dirigida por James Wan y estrenada a principios de 2011 se convirtió en un éxito inesperado al recaudar en cines 99,5 millones de dólares en todo el mundo. Se trataba de una más que modesta producción que apenas había costado un millón y medio.
Como era de esperar, no tardarían en llegar las secuelas, el Capítulo 2 un par de años después, y siempre moviéndose en los márgenes del presupuesto reducido. La más reciente, la quinta, es La noche del demonio: La puerta roja, estrenada en España el pasado 6 de julio y en Estados Unidos el día 7, planteada como una secuela directa de precisamente aquel Capítulo 2, retomando la narración diez años después de los hechos acontecidos entonces, con Patrick Wilson de nuevo asumiendo su rol de Josh Lambert acompañado de su hijo, Dalton (Ty Simpkins), ahora un joven universitario.
Entre viajes astrales, espíritus y demonios, los fans la han recibido con ganas y, en menos de un mes, se ha convertido en la película más taquillera de la franquicia y con su mismo protagonista, Patrick Wilson, haciéndose además cargo de las tareas de dirección. La puerta roja lleva ingresados 174,8 millones de dólares (78,5 en Estados Unidos y Canadá, y 96,2 en el resto de países), y podría ser la primera de toda la saga que acabara rebasando los 200 millones de recaudación.
La más taquillera hasta el momento era la cuarta, La noche del demonio: capítulo 4 dirigida por Adam Robitel con 167,8 millones (y un presupuesto de tan solo diez). La seguían Insidious: Capítulo 2 con 161,9 millones (y un presupuesto de 5 millones), La noche del demonio: capítulo 3 dirigida por el guionista de la saga Leigh Whannell con 112,9 (presupuesto de 10) y la primera con 99,5 millones.