La OTAN y otros cuatro países se sumaron hoy a la campaña internacional para aislar a Rusia del escenario internacional, en respuesta al ataque químico en el Reino Unido contra un ex espía ruso y su hija, que Londres atribuye a Rusia.
Irlanda, Bulgaria, Macedonia, Australia, Moldavia y la OTAN anunciaron la expulsión de diplomáticos rusos de sus países mientras que Nueva Zelanda, en un mensaje insólito, dijo que expulsaría a espías rusos de su territorio, si los hubiera. “Comportarse del modo en que lo ha hecho Rusia tiene costos y consecuencias”, argumentó hoy el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una breve comparecencia en la que anunció que se reducirá de 30 a 20 la cantidad de representantes rusos en los cuarteles de la alianza política y militar.
Stoltenberg explicó que expulsó a siete diplomáticos y le denegó el pedido a otros tres con lo que “Rusia verá reducida su capacidad para hacer trabajos de inteligencia en los países de la OTAN”. El anuncio llega un día después de que más de la mitad de los países que integran el bloque, con Estados Unidos a la cabeza, coordinara la expulsión de más de un centenar de diplomáticos rusos tras el ataque al ex espía Sergei Skripal y su hija Yulia, en Salisbury, en el sur del Reino Unido.
Irlanda, que no es parte de la alianza militar, se sumó hoy a la lista de países que adoptaron medidas en contra de Rusia. El viceprimer ministro y titular de Relaciones Exteriores, el democristiano Simon Coveney, anunció la expulsión de un diplomático ruso y explicó que ha tomado esa decisión en solidaridad con el Reino Unido y para sumarse a las acciones adoptadas por los gobiernos de otros 21 países occidentales en ese sentido.
En su opinión, el envenenamiento de Skripal y su hija el pasado 4 de marzo “no es solo un ataque contra el Reino Unido”, sino que supone una “afrenta al sistema legal internacional del que depende nuestra seguridad y bienestar”.
Por su parte, Australia, dijo hoy que expulsará a dos funcionarios rusos “no declarados de inteligencia” y detalló que se les dio siete días para que abandonen el país. “Un ataque de este tipo no puede ser tolerado por ninguna nación soberana. Apoyamos enérgicamente las peticiones a Rusia para que revele en su totalidad su programa de armas químicas de acuerdo con la ley internacional”, exigieron en un comunicado el primer ministro, Malcolm Turnbull, y la ministra de Relaciones Exteriores, Julie Bishop.
En una rueda de prensa posterior, Turnbull condenó el ataque y aseguró que la medida adoptada persigue enviar “un mensaje claro e inequívoco” a Rusia, que niega haber cometido el ataque. Asimismo, Macedonia y Moldavia expulsaron a funcionarios rusos en solidaridad con Londres.
Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, afirmó que expulsaría de su país a espías rusos si los hubiera. “Me han informado que no hay personas aquí en Nueva Zelanda que se ajusten a este perfil (espías). Si hubiera, ya habríamos tomado medidas “, aseguró Ardern y prometió revisar qué medidas adicionales puede tomar para apoyar a la comunidad internacional.