Según el índice elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), el 33,6 por ciento de la población argentina vive en la pobreza. Son 13.600.000 personas, de la cuales 2.470.000 viven en la indigencia.
El registro corresponde al tercer trimestre del año y es el más más alto en una década.
“La incidencia de la pobreza en ese período alcanza a niveles superiores a las registradas en 2016, cuando significativas devaluaciones provocaron un alza de la inflación y una caída del poder adquisitivo”, señala el estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
El análisis indica que uno de cada cuatro hogares se encuentra en la pobreza y evalúa que el aumento de 5,4 por ciento con respecto a la medición de igual período de 2017 se debió a “una fuerte recesión” y una “elevada inflación”.
“La economía argentina pasó de un ciclo de crecimiento a una fuerte recesión, a la vez que la devaluación monetaria durante el año en curso se traspasó a los precios y condujo a una elevada inflación”, explicó el Observatorio de la UCA. “El nuevo escenario ha tenido efecto sobre los ingresos reales de los que disponen los hogares por un deterioro del poder adquisitivo de los salarios, de los haberes jubilatorios y de las prestaciones sociales”, agrega.
“El contexto macroeconómico se ha revelado desfavorable para la creación de empleo, con consecuencias sobre las posibilidades de volcar más trabajadores al mercado laboral por parte de los hogares”, sostuvo.
El dato de pobreza de la UCA indica que hay 13.600.000 personas pobres, lo que significa un crecimiento de casi 2,2 millones con relación a un año atrás.
De ese total, 2.470.000 son indigentes, lo que significa que 161.500 argentinos cayeron en ese crítico sector social desde septiembre del año pasado.