Miles de palestinos chocaron hoy con tropas israelíes en Cisjordania y manifestantes quemaron en Gaza carteles del presidente Donald Trump y banderas estadounidenses e israelíes, en medio de una creciente indignación árabe y musulmana por la decisión del mandatario de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
El líder del movimiento islamista Hamas, por su parte, llamó a un nuevo levantamiento armado contra Israel, conocido como Intifada, como ocurrió en décadas pasadas dejaron miles de muertos palestinos e israelíes en disturbios, enfrentamientos y atentados en Israel y Palestina.
Al menos 25 palestinos resultaron heridos en las protestas, en su mayoría por disparos de soldados israelíes, incluyendo uno que quedó en estado crítico, informaron la Media Luna Roja y autoridades palestinas.
En Cisjordania, multitudes prendieron fuego a neumáticos y arrojaron piedras contra los soldados, luego de que el Ejército israelí desplegara varios batallones adicionales en la región ocupada en previsión de desmanes durante las manifestaciones. La Media Luna Roja informó que en esta ciudad atendió a 53 personas con heridas: 34 por inhalación de gas lacrimógeno, cinco con heridas de bala, 10 con heridas de balas de goma y otros cuatro con golpes y contusiones.
En la ciudad bíblica de Belén, los soldados lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua desde camiones para dispersar a los palestinos, en disturbios que amenazan con empañar las celebraciones de Navidad en la ciudad donde nació Jesús.
En Ramallah, sede del gobierno palestino, cientos de jóvenes quemaron gomas y tiraron piedras a soldados israelíes que custodiaba un puesto de control en el norte de la ciudad.
En Hebrón, cientos de palestinos lanzaron piedras contra los soldados, que respondieron con “medios de control de masas”, informó el Ejército israelí. Allí, dos manifestantes fueron heridos y seis fueron arrestados. Los enfrentamientos se extendieron a las ciudades cisjordanas de Kalkilia, Tulkarem y Naplusa. En Jerusalén Este también hubo altercados, sobre todo cerca de la Ciudad Vieja.
La decisión de Trump, y su orden de iniciar el proceso para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidenses en Tel Aviv, rompen con décadas de política de Estado norteamericana y de garantías internacionales a los palestinos de que el status de la ciudad sagrada debe determinarse en negociaciones de paz con Israel.
Los palestinos quieren que la parte oriental de Jerusalén, o Jerusalén este, capturada por Israel en una guerra en 1967 y luego anexionada, sea capital de su futuro Estado.
Las mayores protestas contra la decisión se esperan mañana, el día sagrado islámico, cuando los palestinos y los musulmanes en general se reúnen en las mezquitas a rezar.
(Con información de Télam)