“Cuando se trata de las relaciones Norte-Sur, debemos reducir las tensiones militares en la península coreana para crear un entorno pacífico”, dijo Kim en un inusual gesto con sus vecinos y le pidió a Seúl que elija ese camino en lugar de “ser parte” de las medidas de su socio Estados Unidos, que “amenazan la paz y la seguridad”.
En caso de producirse el encuentro de alto nivel, sería el primero de este tipo en más de dos años entre los dos países, que tras la guerra de tres años iniciada en 1950 lograron un cese del fuego pero nunca firmaron la paz, y llegaría tras meses de especial tensión por las pruebas armamentistas de Pyongyang.
En el mismo discurso que abrió posibilidades a un diálogo con su vecino, Kim le advirtió a Washington que él que posee “un botón nuclear” en su escritorio y que su país seguirá adelante con su programa de desarrollo atómico para mantener un elemento que disuada a Estados Unidos de realizar una invasión.