Las escritoras hicieron un pañuelazo verde en el Museo de la Lengua

Una veintena de autoras realizaron una manifestación para reclamar el tratamiento del proyecto de ley interrupción legal del embarazo en el Congreso.

El tratamiento del proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito sigue frenado en el Congreso. Pero lo que se mantiene activo, y presiona para que la iniciativa sea debatida es el movimiento de escritoras, que hoy realizó un pañuelazo sorpresa en el parque del Museo de la Lengua.

Una veintena de autoras, entre las que se encontraban Claudia Piñeiro, Florencia Etcheves, Cecilia Szperling, Florencia Abbate, Belen López Peyro, Natalia Zito, Gabriela Saidón, Maria Sonia Cristoff, Claudia Aboaf, entre otras, participaron de la manifestación y fueron recibidas por María Moreno, la directora del Museo de la Lengua.

“Nuestros cuerpos, nuestro territorio” y “Si tocan a una nos tocan a todas” fueron algunas de las consignas que levantaron las escritoras en sus carteles. Además, portaron libros, como los de Margaret Atwood, una autora referente en la lucha por los derechos de las mujeres.

“El año 2020 avanza y la promesa del Poder Ejecutivo de mandar un proyecto de interrupción legal del embarazo al Congreso aún está pendiente. Tampoco ningún legislador dio curso al proyecto de la Campaña por Aborto legal, seguro y gratuito que tiene estado parlamentario. Los gestos y discursos deben ser ratificados con hechos concretos; se termina el año parlamentario y quedan pocos días para que estos hechos se concreten. Si el Poder Ejecutivo prevé llamar a sesiones extraordinarias, es necesario que anuncie que la ley ILE será una de las leyes tratadas”, expresaron las escritoras, a través de un comunicado publicado por Claudia Piñeiro.

Y señalaron: “Los gestos y discursos deben ser ratificados con hechos concretos”. Las autoras recordaron además que “los abortos clandestinos se siguen cobrando las vidas de niñas, mujeres, lesbianas y varones trans. La pandemia y la crisis no pueden seguir siendo argumentos esgrimidos para no tomar las decisiones necesarias que nos protejan en nuestro derecho a decidir”.

Por último, concluyeron: “No aceptamos que se nos quiera incorporar a una grieta o división en la sociedad cuando de lo que se trata es de reclamar un derecho. Los derechos no se plebiscitan, los derechos no son materia ‘opinable’, y menos aún desde creencias religiosas y haciendo valer el peso de cualquier iglesia en un estado laico. Nuestro cuerpo no debe ser nunca la moneda de cambio para contentar ni a las iglesias ni a nadie”.