Las protagonistas de los ocho cuentos que componen “Las chicas malas no transpiran”, de Laura Cukierman, están en el momento previo a vivir una ruptura amorosa, a reinventarse laboralmente, a descubrir que están embarazadas o a ver por última vez a su madre y, lejos de los estereotipos, se enfrentan a sus vínculos para reinventarse.
Editado por el sello “Hormigas negras”, el libro recupera las voces de mujeres que no quieren a todos sus hijos por igual, que luchan por no perderse mientras su memoria se deteriora, que diseñan planes en una sala de hospital mientras su bebé está en neonatología, pero también las de niñas que sueñan con príncipes de izquierda o intentan entender y acompañar los vacíos de la reciente separación de sus padres.
Cukierman, es periodista y productora de radio y televisión. En una entrevista brindada a la agencia de noticias Télam la autora reveló detalles detrás del proceso creativo de los cuentos.
Buena parte de los relatos que componen la antología nacieron de la asistencia de la autora a un taller de escritura dictado por Juan Forn, “otros venían de antes y ahí cobraron más forma“, sostiene Cukierman.
Si bien los cuentos puede leerse como contrapuntos, no fueron concebidos así originalmente. Más bien “fueron ordenados más intuitivamente. Sabía que quería empezar por el de la niña porque resumía algo del espíritu del libro y sabía que por la mitad tenía que estar el de las chicas malas“, revela la escritora
A todas las protagonistas de esta antología las une un hilo conductor. “Son todas chicas que están en una situación límite, parecen captadas en ese momento en el que quieren que algo cambie o efectivamente va a cambiar sin que ellas lo puedan planificar. Algo les está por suceder que tuerce de alguna manera su vida. En algunos casos hay un cierre redondo pero en otros el lector puede completar. Es tan compleja la vida que los finales también lo son”
Otro de los ejes de la antología pasa por los vínculos entre las madres y las hijas. Al respecto, la autora resalta su interés por los vínculos en general pero sostiene que el de madre e hija le “parece el más complejo que existe en casi toda la humanidad“.
“Es complejo desde lo amoroso, desde la crueldad. Es algo que no pasa en las relaciones madre-hijo, hay un universo que es solamente de la madre y de la hija. Quizás tiene que ver con lo femenino pero no solamente. Hay un universo súper interesante que revela muchas cosas de lo que somos como seres humanos, como madres, como hijas y que se va entretejiendo muy misteriosamente desde muy chiquita“, profundiza
En uno de los cuentos de la antología, titulado “Noche de chicas”, da cuenta de cómo se entreteje ese vínculo.
“En ese cuento elegí que sea todo desde la mirada de la niña porque me gusta la infancia, me parece un territorio muy complejo y muy edulcorado también. La verdad es que la infancia es un yunque en algunos casos. Debe ser terrible descubrir el mundo, nosotros nos olvidamos y menos mal que nos olvidamos porque debe ser muy difícil entender, por ejemplo, por qué una madre y un padre se separan, esas personas que hasta hace dos minutos vivían juntas. Lo amoroso a veces es un quilombo y a veces es lo que se puede hacer. Y esa nena y esa madre pueden eso en ese momento. Seguramente después pueden aparecer los reclamos pero está el amor ahí”
Además, en dos cuentos, “Azulejos” y “Las chicas malas no transpiran”, las protagonistas están ante la noticia del embarazo. Otro de los temas que le interesan a la autora
“La elección de ser madre no es tan sencilla. Soy madre, lo elegí, pero me genera conflictos. Me rebelo ante la mirada edulcorada de la maternidad. En el cuento de la vieja, ella cuenta que no soporta a sus hijos y no los quiere a todos por igual. Siempre el reclamo es de hijos a los padres pero los padres también deben decir en un momento “¿qué traje al mundo?”.
FICHA TÉCNICA:
Título: “Las chicas malas no transpiran”
Autora: Laura Cukierman
Sinopsis: Laura Cukierman indaga en la cárcel de los vínculos y plantea las situaciones de conflictos como opciones liberadoras. Los ahogos humanos, detonados por el fin del amor, la irrupción de una enfermedad o un suceso inesperado, ponen en movimiento las peculiares reacciones de sus antiheroínas. Esas obstinaciones, sumadas a la emotividad que traspasa las elucubraciones defensivas, constituyen la fortaleza literaria detrás de la cual la autora despliega el original universo interior de sus personajes.
Editorial: Hormigas negras
{Con información de Télam}