Ilusiones ópticas, mundos paralelos o portales a otra dimensión. Todo esto pueden representar (y son) la veintena de obras de Leandro Erlich que, desde el próximo 4 de julio, podrán verse de cerca en el Malba en Liminal, la primera exposición antológica del artista argentino en todo el continente americano.
La muestra reunirá una selección de obras producidas desde 1996 hasta la fecha, seleccionadas por el curador estadounidense Dan Cameron. Por primera vez se verá en nuestro país La pileta (1999) una de las obras más reconocidas del artista a nivel internacional, que Erlich presentó en 2001 representando a nuestro país en la Bienal de Venecia y que luego fue instalada de manera permanente en el 21st Century Museum of Contemporary Art, de Kanazawa, Japón.
También se verán obras e instalaciones de gran formato como La vista (1997), Vecinos (1996), La vereda (2007) Las Nubes (2018), El Avión (2011), Puerto de memorias (2014), Vuelo nocturno (2015), Hair Salon (2017), El Aula (2017) y Window and Ladder. También habrá un nuevo site specific para la explanada del museo: Invisible Billboard, realizado en una co-producción del Malba con el Estudio Erlich, que demandó más de un año de trabajo y un equipo de 150 personas.
“A lo largo de las últimas dos décadas, Erlich ha creado un cuerpo de esculturas y grandes instalaciones en el que la apariencia arquitectónica de lo cotidiano funciona como una especie de trampa perceptiva: conduce al espectador desprevenido a una paradoja visual que desafía los presupuestos del orden y las reglas del mundo material”, expresó Dan Cameron, con pasado en el Orange County Museum y el New Museum de Nueva York.
“En el universo paralelo de Erlich, las escaleras no llevan a ninguna parte, los ascensores no paran en destino, los espectadores pasivos se convierten en participantes activos, las nubes adquieren nuevas características físicas y la solidez de los espacios edificados resulta ser una fugaz ilusión óptica”, describió Cameron, a través de un comunicado.
Liminal -el título de la exhibición- refiere “a una zona existente en el umbral de otro espacio e indirectamente remite a la posición de estar a punto de cruzar hacia, o entrar en un lugar o estado de existencia específicos, pero sin llegar nunca del todo”, señaló el Malba.
La secuencia de obras en exhibición incluye figuraciones explícitas de la existencia cotidiana: nubes, el subte, un aula, la vereda, una pileta, un salón de belleza, los vecinos, puertas, un jarrón con flores. Sin embargo, pese a las apariencias, cada pieza contiene señales de lo asombroso que producen un suave shock, ante la aparición de algo que no puede ser real.
El antecedente del Obelisco
El 20 de septiembre de 2015, el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires amaneció sin la punta. En pocas horas la noticia circuló por todo el mundo. Los medios informaron que no se trataba de ninguna obra de reparación: la cima se había “trasladado” a la explanada del Malba y, por primera vez, era posible visitar su interior. La democracia del símbolo fue el primer proyecto que Leandro Erlich realizó para el museo, una obra site-specific en dos partes sobre un tema en el que llevaba trabajando varios años.
Junto con la exposición, Malba editará un catálogo bilingüe español e inglés de 200 páginas, que incluirá el ensayo curatorial de Dan Cameron “Atravesar el umbral” y los textos “Los órdenes arbitrarios” del artista y crítico Luis Camnizter y “Las cosas como son, como no son” de la editora Julia Napier.
La publicación reunirá todas las obras representadas en esta exposición y también imágenes de otros proyectos realizados por Erlich durante los últimos veinte años.